La única prueba que es válida o no falsa para demostrar la verdad o beneficiar a un bien es la prueba racional. La única prueba que aprueba o desmonta un juicio o un saber valorar de cualquiera es la prueba racional. La única prueba que garantiza que no has traicionado tú mismo a los valores éticos es la prueba racional. Por eso es tan importante la probación racional o eso que no te pueden rebatir nunca jamás al menos racionalmente. Así es.
No obstante, todos dicen o juran o predican que demuestran “a sus modos”, a través del poder, a través de ser amigos de la guardia civil, a través de usar a una cultura, a través de servirse de una corporación política, a través de ser cómplices de alguna mentira o seudoverdad, a través de aprovecharse de que un sabio tenga pocos recursos (y ellos, ya al tener más o tras chupar muchos, se aprovechan por el no ser frenados limpiamente por ese sabio), etc. Sí y sí, todos demuestran con errores pero jamás se atreven a demostrar de una vez con razón, ¡jamás!, ¡eso no!, quizás porque la odian o porque solo saben destruir (como aportación para la sociedad).
¡Asco!, ¡que hagan lo que quieran!… A una cosa no se le engaña por muchos intentos que algunos hagan: En cualquier contexto de bien, ahí, lo único que no da ninguna confusión (o error) es la irrebatibilidad racional, o sea, la demostración que solo usa racionalidad para todo un total proceso de demostración; sin que nunca se contamine, tal proceso, de alguna irracionalidad o confusión. ¡Claro!
Pero, como vivimos en una sociedad con tantísimos trucos por falsearlo todo, o por manipularlo, o por ponerlo a favor de unos intereses de poder, pues siempre se van a idear millones y millones de “pruebas falsas” para que algo parezca razón, para que algo parezca bien o para que algo parezca un juicio justo o una “sinrazón admirable”. Eso no es de extrañar, no, con tantísimas mentiras que la historia ha demostrado que vencieron desalmadamente en la sociedad.
En efecto, cualquier ignorancia-inconsciencia, cualquier negocio o poder (por instalar su predominio en lo social) o servidor-arrastrado de poder, no va a tardar mucho en inventar “pruebas falsas” para que algo se haga pasar por un bien (sin serlo), para que algo triunfe en la sociedad como bueno (siendo realmente lo contrario) o para que algo manipule despóticamente durante años (sin que nadie haga nada en contra).
Y ya, por otra parte, siempre estará el que es fiel al procedimiento de la consecución de la verdad (en humillación y en desprotección y apaleado por todos) mediante solo la decencia y la razón.
La vida me ha enseñado que todo juicio es más falso que Judas si utiliza premisas tóxicas para una conclusión racional (y muchos descaradamente a eso lo llaman “HECHOS PROBADOS”, sí, pero tras una probación interesada o tras probarlos con solo las narices llenas de mierda).
En fin, siempre se inventarán en España más y más “pruebas falsas”, unas veces porque es el deber de ellos (cobarde e inmoral) y otras porque “!ellos son así!”. ¡Y que aguanten los demás e incluso Dios!