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¿Cómo ahorrar en la cesta de la compra?

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análisis

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¿En qué establecimiento comprar? Sin duda, esta es una pregunta importante. Para reducir el presupuesto destinado a nuestra cesta de la compra resulta fundamental conocer el mercado. Esto implica conocer los establecimientos disponibles (incluyendo las nuevas aperturas y aquellas alternativas que no son de alcance masivo) por sector, localización y frecuencia de lanzamientos promocionales.

No obstante, también es importante conocer sus catálogos, sus propuestas de valor. La mayoría de personas cometen un error bastante habitual: Centralizan todas sus compras en un único establecimiento o, a lo sumo, en dos. Debes tener en cuenta que cada supermercado (de grandes dimensiones o no) ofrece ventajas competitivas en unos segmentos o líneas de productos específicas. Esto significa que no existe un establecimiento en el que todos sus productos sean más baratos que en el resto y, aquí está la complicación. Mientras que en uno de ellos los detergentes puedan tener precios más reducidos, en otro podremos encontrar ofertas en menaje más rentables.

Para poder sacar el máximo rendimiento a tus procesos de compra, lo más recomendable es que hagas una ronda de visitas por los principales supermercados de interés. Escoge 3 o 4 establecimientos habituales y acude a ellos de forma semanal o mensual. Esto te ayudará a adquirir un mayor control sobre tu lista de la compra, pero también a obtener noticias frescas respecto a ofertas, precios rebajados o promociones especiales.

Obviamente, adquirir este tipo de hábitos implica tomar conciencia y desarrollar nuestras capacidades de organización y planificación. Al final, esto supone una inversión extra de tiempo. No es lo mismo hacer todas nuestras compras en un único establecimiento que hacerlo en cuatro distintos, pero a largo plazo puede marcar una gran diferencia.

Afortunadamente, en la actualidad contamos con una mayor cantidad de alternativas al alcance de nuestra mano. Si tus compromisos laborales, personales o familiares no te permiten disponer del tiempo que te gustaría para hacer tus compras de una forma precisa establecimiento por establecimiento, siempre puedes optar por formalizar tus pedidos a partir de plataformas online.

A partir de los sitios y aplicaciones desarrollados por los principales proveedores y marcas, podemos acceder a sus catálogos online actualizados de forma periódica. Por ejemplo, aquí puede acceder al catálogo Aldi (tanto a sus versiones peninsulares como insulares). Aldi, de origen alemán, es una de las empresas líderes de su segmento y se caracteriza por lanzar de forma recurrente una amplia variedad de ofertas y promociones. Además, también podemos encontrar interfaces intuitivas y ágiles que cuentan con opciones que facilitan los procesos de compra (almacenar lista de compra, carros de la compra…).

No obstante, la oferta que hoy encontramos en este sentido se ha diversificado de una forma bastante significativa. Más allá de las plataformas oficiales de las grandes marcas como Mercadona, también podemos acceder a herramientas online que nos ayudan a identificar ofertas en espacios muy reducidos de tiempo. en la red también existen otras alternativas. Los comparadores de precios, las páginas web y blogs sobre “chollos” o los portales de reseñas y reviews son algunos de los ejemplos más populares.

Llevar un control sobre la evolución de nuestros gastos es una de las bases para acceder a rutinas de compra más sostenibles. Al hacerlo, detectarás algunos de los principales riesgos que existen detrás de lo que se supone que son promociones irresistibles.

Los supermercados definen sus tarifas de una forma muy estratégica. Nada (absolutamente nada) relacionado con los precios o incluso con la distribución de los productos en las tiendas físicas es fruto de la casualidad. Algunas de las ofertas y descuentos están precisamente orientados a incrementar el volumen de consumo de sus clientes y, en muchos casos, lo logran sin que el propio comprador se dé cuenta de ello. Las grandes cadenas de distribución optan por ofrecer descuentos sobre productos específicos para servir de gancho y, una vez que el cliente se siente atraído por ellos, acaba comprando otros productos complementarios o adicionales al producto rebajado y que en un principio no pensaba adquirir (es decir, acaba comprando cosas que en realidad no necesita).

Esta estrategia de marketing no es algo nuevo pero, lamentablemente, sigue siendo una fuente de descontrol y pérdidas económicas innecesarias para muchas personas. Para evitar este tipo de excesos es importante adquirir cierto compromiso y respetar tu planificación (atendiendo únicamente a aquellos productos que realmente necesitas). Recuerda que la improvisación es una de las fuentes de pérdida más peligrosas en lo que respecta a la compra de artículos (especialmente, aquellos que se integran en el sector de la alimentación).

No sólo es importante destinar tiempo a planificar nuestras compras sino también a hacer un seguimiento de nuestros gastos así como analizar su evolución mes a mes. Esta es, de hecho, la única vía para ahorrar recursos y, en última instancia, dinero.

Por último, dotar de un mayor protagonismo a las marcas blancas en nuestras listas de la compra puede marcar una importante diferencia. Estas marcas son propiedad de la marca del distribuidor o bien de la cadena de establecimientos en donde se lleva a cabo la compra. Su principal ventaja competitiva reside en sus precios considerablemente más bajos y, en muchos casos, sin que ello suponga en pérdida de calidad real respecto a sus principales competidores (las marcas más populares).

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