No podía. A pesar de algunos golpes geniales que levantaban al público y le hacían aplaudir sin descanso, como el pase que le metió a Tommy Paul tirándolo de espaldas y golpeando entre las piernas. A pesar de esos momentos puntuales maravillosos en los cuartos de final del máster de Toronto el gran Carlos Alcaraz no consiguió que el Carlitos que lleva dentro se hiciera con las riendas y ganase el partido.
Hace poco desde aquí recordamos a los aficionados y a la prensa que a pesar de los triunfos conseguidos Alcaraz sufre como cualquiera, y no se divierte siempre como pretenden algunos que no saben mirar el alma de las personas que son los deportistas.
Alcaraz sufrió en Toronto y Alcalá fue eliminado. ¡Ay!
Pero en la otra cara de la moneda estaba Foki, el muy querido por el público Alejandro Foqui Foquina. Davidovich. Foki Foki.
Davidovich empezó en Toronto comiéndose al lobo Wolf y luego ha seguido comiéndose todo lo que se le ponía enfrente, incluyendo al muy prestigioso Sverev que no tuvo nada que hacer contra el malagueño de origen ruso y pinta de ruso.
Especulábamos con una posible final entre Davidovich y Alcaraz. Habría sido bonita. Y a quien escribe no le habría importado ver ganar a Davidovich -porque nos cae muy simpático- y hacerse con el trofeo de Toronto.
Sería bonito que ganase Alejandro Davidovich Fokina el máster de Toronto después de la eliminación de Alcaraz.
Aún que da lucha, pero creemos que lo puede lograr.
El magnífico Davidovich. El querido Foqui: guay total.
Tigre Tigre
Foki Foki
