Ana Patricia Botín, que se está presentando ante el mundo como una defensora de la lucha feminista por la igualdad, grabó un vídeo para la Fundación Inspiring Girls cuyo objetivo, según se indica en su página web, es «aumentar la autoestima y la ambición profesional de las niñas en edad escolar, así como sus expectativas laborales, ayudándolas a visibilizar la amplia variedad de profesiones y trabajos que existen, sin que el hecho de ser mujer suponga ninguna limitación para ellas, siempre que se basen en el trabajo y el esfuerzo».

En ese vídeo, la señora Botín afirma lo siguiente: «la brecha salarial entre hombres y mujeres comienza en el momento en que decidimos tener hijos. Y la brecha nunca se cierra. Efectivamente, existe un impuesto sobre la familia que es pagado principalmente por las mujeres. Así que mi consejo es: desafiemos el statu quo todos los días. Nunca tengáis miedo. aprended a tomar decisiones. La situación está cambiando y seguro que tendréis más oportunidades que vuestras madres y vuestras hijas, si elegís tenerlas, tendrán aún más».

Es decir, Ana Patricia Botín está criticando la brecha salarial entre hombres y mujeres y el impuesto que tienen que pagar las mujeres por ser madres, mientras el Santander está utilizando los Expedientes de Regulación de Empleo (ERE) para despedir a las mujeres embarazadas o con reducción de jornada, tal y como pudimos comprobar en la carta escrita por una ex empleada del banco con esa reducción y que se acogió al ERE porque priorizó a su familia a las exigencias del banco.

La coherencia entre las palabras y los hechos es fundamental en el liderazgo y el Santander podrá ser muchas cosas, pero coherente entre lo que dice ser y lo que en realidad hace desde luego que no es. El caso de la defensa de los derechos de las mujeres queda demostrado con los hechos y las denuncias de las trabajadoras que tienen miedo a solicitar la reducción de jornada porque se pondrían en el punto de mira del Santander en el momento en que se inicie una reestructuración de personal.

Respecto al tratamiento de su personal, por más que el Santander quiera vender que es una de las empresas mejores para trabajar, las sentencias judiciales están mostrando que esto no es así. Tal y como publicamos en Diario16, el Supremo impuso al banco presidido por Ana Patricia Botín la mayor sentencia por acoso laboral. En Brasil también ha sido condenado por lo mismo.

Lo mismo podemos decir del compromiso con el medio ambiente y la lucha contra el cambio climático. Mientras Ana Patricia Botín viaja a Groenlandia para ver con sus propios ojos los efectos del calentamiento global, su banco está financiando a empresas con altos niveles de emisiones de CO2 a la atmósfera. Un banco como el Santander, además, no puede afirmar que está comprometido con los problemas del mundo cuando está financiando a empresas fabricantes de armas.

Otro aspecto que demuestra cómo la diferencia entre el dicho y el hecho es una de las características principales del Santander en su responsabilidad con la sociedad es el hecho de estar involucrado en el mayor caso de fraude fiscal de Europa con los dividendos cum ex. La evasión fiscal es uno de los elementos fundamentales que impiden que el estado del bienestar se mantenga y que la ciudadanía de los países pueda disfrutar de unos servicios públicos dignos. Cada euro evadido es un euro que incrementa los niveles de desigualdad entre los más ricos y el resto de la población.

Por tanto, mensajes como el de Ana Patricia Botín, no son más que la muestra definitiva de la hipocresía de una entidad que está continuamente envuelta en escándalos que, ni siquiera con las campañas de lavado de imagen, están influyendo, no sólo en sus niveles reputacionales, sino también están afectando a sus accionistas, sobre todo los pequeños.

 

3 COMENTARIOS

  1. Mirando.. mirando..en mi bola de cristal muy oscuro, veo un futuro..para el santander.. no me convence del todo, voy a ver si lo perfecciono un poco mas… me parto, de la risa…estan locos, estos insectos

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