El principal cimiento del gobierno de Pedro Sánchez es la propaganda y la manipulación de la realidad, además de la creación de un escenario de miedo en beneficio absoluto del líder supremo. Ayer se volvió a dar otro ejemplo palmario. Toda la propaganda monclovita y sanchista luego se cae por los datos oficiales, tanto españoles como de la Unión Europea.
Carlos Cuerpo, ministro de Economía, confirmó ayer que llevaría al Consejo de Ministros que se celebra hoy una actualización del cuadro macroeconómico a tres años que incluye la revisión al alza en tres pírricas décimas: del 2,4% al 2,7%.
Según Cuerpo, la actualización también incluye la revisión del crecimiento para 2025 y 2026. «Seguimos trabajando para que esta buena evolución de la economía se refleje también en el día a día (de la ciudadanía)». El ministro ha añadido que considera que ya se nota en el número récord de personas ocupadas, en la moderación progresiva de la inflación que mejora de las rentas de los hogares o en las últimas subidas del salario mínimo interprofesional.
Esto es propaganda porque el crecimiento económico sólo lo puede ser cuando tiene una proyección directa en la realidad diaria de las clases medias y trabajadoras. Los datos oficiales, tanto españoles como europeos demuestran un escenario cruel, en el que las élites económicas, empresariales, financieras y, por qué no decirlo, políticas son las que se están llevando casi en exclusiva los beneficios de ese crecimiento que el gobierno de Sánchez pretende hacer creer que es un fenómeno que mejora la vida de las personas. Esto es falso, es la mentira más cruel que pueden decir tanto el presidente como el movimiento sanchista.
Por ejemplo, mientras se incrementan los índices de pobreza, que colocan a la España de Sánchez en los puestos más altos de la UE, las grandes empresas están aplicando estrategias agresivas de recompra de acciones. Ese dinero no repercute en los trabajadores, no crea nuevos empleos, sino que sólo sirve para enriquecer aún más a los altos directivos y a los grandes accionistas.
Se trata de una estafa financiera que infla los salarios de los directores ejecutivos, pura y simplemente. Cuando las corporaciones recompran sus propias acciones, aumentan artificialmente los precios de éstas y el valor de la compensación basada en acciones que representa aproximadamente más del 65% del salario de los directores ejecutivos.
En el lado contrario, están los datos de pobreza. Pedro Sánchez, en la última sesión de control, afirmó que «miremos donde miremos los datos invitan a la confianza y al optimismo […] España ha crecido más que la media europea».
Es, precisamente, la UE la que está poniendo negro sobre blanco la realidad de las consecuencias de las políticas ineficaces de Pedro Sánchez.
A lo largo de 2024, la Oficina Europea de Estadística (Eurostat), ha publicado tres estudios en los que demuestra el crecimiento imparable de la pobreza en la España de Sánchez. Esta misma semana la UE ha dado el último golpe que, por desgracia, no será el único.
La España de Sánchez es el tercer país europeo con un mayor incremento en carencias sociales y materiales graves. Es decir, la cuarta economía de la UE es la tercera en incremento de uno de los indicadores más relevantes de pobreza.
Para entenderlo bien, Eurostat señala que las carencias materiales y sociales se refieren a la incapacidad de costear un conjunto de bienes, servicios o actividades sociales específicos que son esenciales para tener una calidad de vida adecuada. Es el caso de la capacidad de afrontar gastos imprevistos o sustituir la ropa gastada por otra nueva.
Se considera que una persona está en situación de carencias materiales y sociales graves si no puede permitirse siete o más de esos bienes, servicios o actividades sociales.
La España de Pedro Sánchez ya cuenta con más de 4 millones de personas en esta situación, es decir, cerca de un 10% de la población total del país que no puede permitirse calentar, refrigerar su casa o comer carne dos veces por semana.
Además, siempre según las cifras de Eurostat, los jóvenes se llevan la peor parte, puesto que más del 20% están sufriendo carencias severas de bienes y servicios básicos.
Lo mismo se puede decir de los datos de empleo. Mientras a Sánchez y los sanchistas se les llena la boca que se ha alcanzado un récord de cotizantes, las cifras oficiales demuestran que esa situación se ha logrado a través de la precarización y la parcelación del mal empleo que se crea en España. A todo esto hay que añadir el hecho de que no se ha implementado ningún tipo de reforma para cambiar el modelo productivo. Exceso de contratos a jornada parcial, aunque sean indefinidos, utilización del fijo discontinuo como la nueva figura de la temporalidad extrema (miles de empresas dan de baja los viernes y de alta los lunes para no pagar el fin de semana), incremento de los trabajadores pobres y del pluriempleo de supervivencia.
Estos son sólo algunos ejemplos que muestran los datos oficiales, pero hay muchas más. El crecimiento económico no puede ser causa de optimismo ni de celebración mientras no alcance a la ciudadanía. Es cruel tirar fuegos artificiales porque, mientras se dice que la economía crece, en la misma proporción se eleva la precariedad salarial y la miseria.