La vivienda supone el principal problema que sufren las personas más desfavorecidas. “Las personas no pueden acceder a alquileres, ya que los precios son muy altos y piden fianzas de varios meses. Hay mucha población que no tiene contratos fijos”, explica una trabajadora social a Diario16 que conoce muy bien los barrios marginales de Barcelona. Por eso, la noticia de que el ayuntamiento de la capital catalana ha comprado cuatro edificios en el centro de Barcelona para alquiler social por un coste de 21,6 millones de euros ha sentado tan bien. Tan bien como la moratoria del Gobierno central que prorrogará los desahucios hasta el 31 de octubre.
El precio más alto
La apuesta de Ada Colau por invertir para solucionar el principal problema de las personas en situación precaria es clara. Lo demuestran los más de 30 edificios, que suponen un total de 1.000 viviendas, que el consistorio lleva adquiriendo desde 2016. Barcelona es una de las ciudades españolas con el precio más alto por metro cuadrado y con una gran escasez de suelo: “Queremos tener parque público de alquiler en toda la ciudad, así que hemos de hacer un esfuerzo suplementario en aquellas zonas donde no disponemos de este suelo municipal y, por tanto, esta estrategia de compra nos permite generar parque público en aquellas zonas donde no tenemos suelo”. Explicaba Lucía Martín, regidora de Vivienda y Rehabilitación del ayuntamiento de Barcelona.
Ocupación
“Hay personas que están ocupando viviendas por diversos motivos: situaciones económicas precarias, no poder pagar las hipotecas o por qué no han tenido otro sitio donde ir. Este es el problema más grave en estos momentos. Además, con la crisis que estamos viviendo la situación se ha agravado”, explica la trabajadora social. El problema refleja una paradoja: cómo conviven los pobres en una ciudad creada para los turistas. Los pisos turísticos han sido un buen motivo para subir los alquileres y acabar con el suelo público, ya que los fondos de inversión se han adueñado de media Barcelona.
Dignificar la vivienda
Pero la situación dista mucho todavía de ser ideal: “Se han puesto muchos recursos, pero seguimos con problemáticas muy semejantes a años atrás. Ha habido una afectación bestial de la ocupación de viviendas”. La solución se presenta en seguir la línea iniciada por el ayuntamiento de Barcelona: crear vivienda social, ya que sin vivienda las ayudas sirven de bien poco: “El reto es dignificar la vivienda, si las personas residen en una vivienda digna, aunque su situación económica sea muy precaria, pueden haber algunas prestaciones que les pueden ayudar”, explican desde los servicios sociales.
