Veo la carrera con mi sobrino Emili, que siempre dice cosas interesantes:
-Verstappen será el mejor piloto de todos y no falla nunca, no lo discuto, pero no tiene aura.
Y lo pienso y es cierto.
-Tú le ves y no da la sensación de campeón del mundo. Más campeón parece Alonso o Russel o Hamilton… o hasta Leclerc.
Leclerc nos ha dejado impresionados a los dos, flipando en colores psicodélicos.
Nunca habíamos visto a nadie hacer eso. ¿Un piloto pensando antes en su equipo que en sí mismo?
Por si alguien no vio la última carrera de la F1 2023 por aquí y voy se lo cuento.
Charles Leclerc, piloto de Ferrari junto a Carlos Sainz (los dos tocayos de Alcaraz) decidió en la última vuelta del gran premio de Abu Dhabiceder a Checo su posición, dejar de ser segundo y acabar tercero, con la esperanza de que eso fuese suficiente para evitar que George Russell (piloto de Mercedes) quedase a menos de cinco segundos del mexicano a quien habían sancionado. Porque si Russell quedaba a más de cinco segundos de Pérez la escudería Ferrari quedaba segunda en el CAMPEONATO MUNDIAL DE CONSTRUCTORES y relegaba a Mercedes al tercer puesto.
No lo logró. Pero el gesto le costó una posición en la clasificación y quedar como quinto piloto en el Mundial (detrás de Fernando Alonso aunque con el mismo número de puntos). No es baladí, el precio.
Y todo ello lo pensó, maquinó y decidió mientras pilotaba a trescientos kilómetros por hora en un circuito con muros a diestro y siniestro.
Creo que ha sido lo más grande que he visto esta temporada, junto al adelantamiento de las cincuenta y seis milésimas de Alonso a Checo Pérez en el GP de Brasil en Interlagos.
Nos quitamos el sombrero ante usted, señor Leclerc. No pensar primero en uno mismo es lo más raro que puede suceder en estos tiempos en los que LA MAXIMIZACIÓN DE BENEFICIOS parece haberse convertido en el único dios al que rezan todos los locos y miserables que presumen de cuerdos y honestos.
Tigre Tigre
