Hace exactamente un año, el Banco Central Europeo (BCE) inició una serie de incrementos vertiginosos en las tasas de interés. Durante 11 años, la institución dirigida por Christine Lagarde había mantenido las tasas de referencia en 0, pero las enormes inyecciones de efectivo en la economía durante la pandemia generaron una inflación desenfrenada en la zona euro.
En julio del año pasado, la inflación en Europa alcanzó el 8,9%. Factores como la guerra en Ucrania y los precios de la electricidad y el gas complicaron aún más el panorama inflacionario. «Así que, con el fin de frenar la economía y controlar la inflación, el banco central aumentó las tasas en 50 puntos básicos, llevando la tasa principal al 0,50%. Este fue el primero de ocho incrementos que llevaron la tasa de referencia al 4,00%», señala Olivia Feldman, cofundadora del comparador financiero HelpMyCash.com.
En cierta medida, se ha logrado el resultado previsto: la inflación en la zona euro, medida por el índice de precios al consumidor, ha disminuido al 5,5% desde el 8,9% del año pasado, aunque en octubre llegó al 10,7%. Sin embargo, todavía está muy lejos del objetivo del BCE del 2%.
La última subida anunciada por los responsables de establecer las tasas para los 20 países que utilizan el euro, el pasado 15 de junio, llevó los tipos a su nivel más alto en más de dos décadas y advirtió que no será la última. «¿Hemos terminado? ¿Hemos llegado al destino final? No, aún no estamos allí», pronunció Lagarde.
Durante 2022 y parte de 2023, el BCE ha tenido que realizar un acto de equilibrio complejo: intentar controlar la inflación al tiempo que frena la economía, pero si la desacelera demasiado rápido o demasiado, la zona euro podría caer en recesión.
Lo cierto es que a medida que el BCE continúa incrementando las tasas, debe tener en cuenta los daños colaterales que estos aumentos están causando en el bolsillo de los europeos.
Los hipotecados a tipo variable son los más golpeados en España. Las tasas altas encarecen los préstamos y eso afecta directamente a los consumidores. Por ejemplo, los hipotecados a tipo variable han visto cómo su cuota mensual se ha disparado en 252,47 euros, pasando de pagar 625,03 euros a 877,50 euros en tan solo 12 meses (entre junio de 2022 y junio de 2023), un esfuerzo adicional de 3.029,64 euros al año. «Para el ejemplo anterior, hemos tomado el valor registrado por el euríbor en junio de 2023, que fue del 4,007%, y consideramos una hipoteca de 150.000 euros a 25 años con un interés de euríbor más 1%», indican desde HelpMyCash.
Por otro lado, aquellos que buscan una hipoteca fija también se han encontrado con un mercado completamente diferente. «Los días de las hipotecas al 2% han terminado. Ahora lo normal es un 3,50% o incluso un 4%», comentan los expertos del comparador. «Los futuros compradores tendrán que reconsiderar sus expectativas y considerar otras alternativas como la hipoteca mixta».
Los ahorradores conservadores finalmente se han visto beneficiados. El incremento de los tipos de interés también ha tenido un efecto más amigable, especialmente para aquellos españoles que tienen ahorros.
Las medidas tomadas por el BCE han provocado un aumento notable en la rentabilidad de los depósitos a plazo fijo. En enero del año pasado, el interés medio de los depósitos era del 0,04%, según el Banco de España, mientras que en mayo pasado alcanzaron una rentabilidad media del 1,64%. «Esto supuso un incremento de 22 puntos básicos respecto a abril. Además, es el tipo más alto desde enero de 2014, cuando la rentabilidad de los depósitos alcanzó el 1,45%», recuerdan los expertos.
Los mejores plazos fijos ya han superado la barrera del 4%, algo impensable hace un año. Sin embargo, las opciones más rentables están en manos de la banca extranjera que comercializa sus productos de ahorro en España a través de Internet.
«La banca española se sitúa por detrás de los depósitos europeos, aunque las opciones más rentables se encuentran entre el 2% y el 3%, e incluso superan esas cifras», indican los expertos. La última entidad nacional en anunciar una subida ha sido la caja de ahorro Cajamar, que ofrece un 2,78% TAE a un año.
¿Seguirán aumentando las rentabilidades de los depósitos? «Si la tendencia se mantiene, es posible que este año veamos depósitos a 12 meses con rentabilidades del 4,5%. Sin embargo, es más probable que eso ocurra en el mercado europeo, ya que la gran banca nacional sigue manteniendo una política conservadora», opinan los expertos.
A diferencia de lo que está sucediendo con las hipotecas variables, donde el encarecimiento afecta a todos los hipotecados que tienen estos productos, no todos los bancos están trasladando las subidas de tipos a los ahorradores.
La banca online y las entidades de mediano tamaño son las que están animando el mercado del ahorro conservador. «ING, Mediolanum, Openbank, Banca March, Self Bank, Targobank, Pibank, EBN o WiZink son algunos de los bancos españoles que lideran las subidas de tipos», explican los expertos.
Existen suficientes indicadores en la economía que apuntan a que los tipos de interés seguirán altos y que podrían convertirse en parte de la nueva normalidad. Lo raro fue que se mantuvieran tantos años en negativo. Y añaden: «¿Cambiará la situación? Es imposible predecirlo. Pero lo que sí podemos decir es que debes prepararte para un escenario de tipos altos. Si bien el endeudamiento es más costoso, también se puede obtener rentabilidad con los ahorros. Mantener el dinero inactivo no es una opción, especialmente mientras el rumbo económico de la zona euro siga siendo incierto», puntualizan.
