martes, 7mayo, 2024
24.2 C
Seville

El bipartidismo no va a dejar pasar esta oportunidad

Aunque públicamente no lo reconocen, tanto PP como PSOE saben que la repetición electoral es un elemento clave para quitar fuerza a las formaciones que se encuentran en los extremos de sus ámbitos ideológicos

José Antonio Gómez
José Antonio Gómez
Director de Diario16. Escritor y analista político. Autor de los ensayos políticos "Gobernar es repartir dolor", "Regeneración", "El líder que marchitó a la Rosa", "IRPH: Operación de Estado" y de las novelas "Josaphat" y "El futuro nos espera".
- Publicidad -

análisis

- Publicidad -

Lo único cierto en la realidad política española es que Pedro Sánchez es presidente del Gobierno en funciones y que el próximo día 26 de septiembre se iniciará la sesión de investidura de Alberto Núñez Feijóo. El resto de los asuntos que copan la actualidad no son más que meras especulaciones. Nadie ha aprobado una Ley de Amnistía, nadie ha convocado un referéndum de autodeterminación para Cataluña, nadie ha pactado con los nacionalistas e independentistas vascos, gallegos y catalanes el apoyo a ninguna investidura. No hay nada. Sólo especulaciones.

Sin embargo, lo que cada vez parece más claro es que no se descarta una repetición electoral tras el fracaso de Feijóo para ser nombrado presidente del Gobierno.

Todo ello viene por el interés de los dos grandes partidos de recuperar el terreno perdido tras las crisis de 2008 y la aparición de nuevos partidos tanto en el ámbito de la izquierda (Podemos) como de la derecha (Ciudadanos y Vox).

Desde un punto de vista de la teoría ideológica es un escenario idílico la presencia de muchos partidos en el Parlamento y que los nacionalismos periféricos tengan representación, voz y voto, incluso influencia en las decisiones del Estado. Sin embargo, en los dos grandes partidos no lo ven así, sobre todo tras comprobar que el fenómeno de atomización de los parlamentos está en retroceso.

Los ciudadanos están viendo cómo la fragmentación parlamentaria está afectando a temas que impactan directamente en su vida real y, en ocasiones, las negociaciones entre diferentes partidos han derivado en leyes que se han quedado muy cortas respecto a las necesidades reales de las clases medias y trabajadoras y, sobre todo, de las familias más vulnerables.

Aunque, desde un punto de vista de teoría política, la atomización es el reflejo de mayor fortaleza democrática, la realidad demuestra que la ciudadanía española necesita un gobierno con estabilidad que afronte los verdaderos retos a los que se enfrentan los ciudadanos en el día a día.

Las elecciones autonómicas del 28 de mayo demostraron que la ciudadanía ha dado marcha atrás en el proceso de atomización de los parlamentos o de los ayuntamientos. Se han dado mayorías absolutas o pactos de gobierno entre dos formaciones, algo que antes no pasaba. Tanto PSOE y PP lo vieron y, juntando los resultados de las generales del 23 de julio, se demuestra que están ganando apoyo ciudadano, independientemente de los líderes.

Por esta razón, las maquinarias de las dos grandes formaciones políticas españolas ya se están preparando para una nueva contienda electoral con vistas, en primer lugar, a aumentar sus resultados y, en segundo término, a debilitar de manera definitiva tanto a Sumar como a Vox.

Independientemente del resultado de esas posibles generales a celebrar en febrero o en marzo de 2024, la posibilidad de una gran coalición está muy lejana. España no es Alemania o Suecia, donde las diferencias ideológicas entre los grandes partidos son muy pequeñas.

Sin embargo, tanto PP como PSOE saben que podrían gobernar en coalición con esos partidos de sus extremos pero desde una posición de fuerza y, sobre todo, sin depender de los nacionalistas y los independentistas.

Este escenario, además, está apoyado tanto por los poderes económicos como por los empresariales que siempre han buscado la estabilidad política que, desde hace 8 años, no ha existido en España, un país que precisa de grandes pactos de Estado y de profundas reformas que sólo se pueden lograr desde un Parlamento con mayorías estables.

- Publicidad -
- Publicidad -

Relacionadas

- Publicidad -
- Publicidad -

2 COMENTARIOS

  1. Pues tiene toda la razon sr. Gomez, q es lo q yo digo a mis contactos. Sin pruebas no se puede emitir ningun juicio. No existen pruebas de amnistia o referendum, ninguna, pero los periodistas expresan con afirmaciones situaciones q de momento no se dan. Lo peor es q los ciudadanos se lo creen. Y creo q habra elecciones otra vez para q feijoo pueda, x fin conseguir el poder pero es patetica su situacion actual pidiendo el voto a todos los partidod. Al final la ulttaderecha se saldra con la suya si o si, como siempre.

  2. Afirmar que no ha habido estabilidad política en los últimos ocho años, es una afirmación sacada de la manga. ¡Ocho años sin estabilidad política! Es un oxímoron. Otra cosa es que no le haya gustado la política de los gobiernos (eso siempre va a pasar, a mí el primero); otra cosa es que los políticos y medios de derechas escenifiquen una permanente catástrofe (que nunca llega), cuando la derecha no gobierna; otra cosa es que los independentistas o las feministas o los ecologistas consigan cuotas de poder molestas para los intereses fácticos (algo garantizado por la democracia). Supongo que, para el articulista, estabilidad política es lo que hay en Rusia.

DEJA UNA RESPUESTA

Comentario
Introduce tu nombre

- Publicidad -
- Publicidad -
Advertisement
- Publicidad -

últimos artículos

- Publicidad -
- Publicidad -

lo + leído

- Publicidad -

lo + leído