El miércoles 8 de mayo, la comunidad educativa de Madrid inicia la primera de dos jornadas de huelga convocadas por los principales sindicatos del sector. La medida, que responde a una serie de demandas acumuladas y negociaciones estancadas, marca un momento crucial para el futuro de la educación en la región y contra la política educativa de Ayuso.
Huelga contra la política educativa de Ayuso
Los sindicatos UGT, CCOO, CSIF, ANPE, junto con CGT, CNT, STEM y la Asamblea Menos Lectivas, han unido fuerzas para convocar esta acción de protesta. La principal reivindicación es la reducción de las horas lectivas, pero el pliego de peticiones incluye también la equiparación salarial con otras comunidades autónomas, la reducción de la burocracia y la mejora de la atención a la diversidad.
Las jornadas de huelga del 8 y 21 de mayo surgen como respuesta a la falta de acuerdo en las negociaciones del nuevo Acuerdo Sectorial Docente entre los sindicatos y la Consejería de Educación, Ciencia y Universidades. La tensión aumentó tras el rechazo de la propuesta del consejero Emilio Viciana, quien sugirió reducir las horas lectivas del profesorado de Secundaria, Formación Profesional y Régimen Especial a 19 horas semanales para el curso 2026/27, una medida considerada insuficiente por los representantes sindicales.
Madrid la que menos invierte en educación pública
Madrid es la Comunidad Autónoma que menos invierte en educación, teniendo el PIB más alto de todo el Estado. Esto supone menos profesorado en los centros educativos, mayor número de alumnos y alumnas por aula, más horario lectivo y menos salario para el profesorado que en el resto de comunidades, menor atención a la diversidad, más carga burocrática, etc., pero «nos encontramos con la paradoja de que sí que hay dinero para becas para el alumnado de familias con rentas altas y muy altas», ha señalado la secretaria del sector de Enseñanza FeSP UGT Madrid, Teresa Jusdado.
Esta situación, unida a la falta de voluntad negociadora por parte de la Consejería de Educación, ha provocado el conflicto y ha unido a todo el arco sindical contra las políticas educativas madrileñas, «por lo que nos hemos visto abocados a convocar una serie de movilizaciones con dos huelgas educativas el día 8 y 21 de mayo«, ha señalado Ricardo Marchand, responsable de Enseñanza Pública de UGT-Servicios Públicos Madrid.
Las propuesta de la Consejería
La propuesta rechazada buscaba modificar el horario de los docentes paulatinamente, un enfoque que los sindicatos han criticado por no abordar de manera efectiva y urgente las necesidades actuales del colectivo docente. La falta de progresividad y la lejanía temporal de las medidas propuestas son vistas como una postergación que no hace más que perpetuar las condiciones actuales de trabajo, que muchos docentes consideran ya insostenibles.
En estas negociaciones de un nuevo Acuerdo Sectorial que pretendía paliar las insuficiencias laborales de los trabajadores y trabajadoras de la enseñanza, estaban sobre la mesa las siguientes medidas:
- Reducción de las horas lectivas a 18 en Secundaria, FP y Régimen Especial y a 23 en Infantil y Primaria.
- Reducción de las ratios.
- Equiparación retributiva con otras Comunidades Autónomas.
- Plan de choque contra la burocracia.
- Dotación de cupos para la atención a la diversidad
Tras retirar la propuesta de reducción de jornada lectiva que mantuvo en la mesa de negociación, la Consejería de Educación propuso trasladar el comienzo de la reducción de dicha jornada al curso 2026-2027 y solamente para el profesorado de Secundaria, FP y RE que no sea tutor/a, posicionando a las organizaciones sindicales en la vía del conflicto, convocando, como consecuencia de ello, toda una serie de movilizaciones, incluidas dos jornadas de huelga, poniendo en riesgo el final del presente curso, y si no se cambia el rumbo, posiblemente, el inicio del próximo curso escolar.
Estrategias contra política educativa de Ayuso
Los sindicatos han planeado una serie de actividades para dar visibilidad a la huelga, incluyendo piquetes informativos y concentraciones frente a la sede de la Consejería de Educación y la Asamblea de Madrid. Estas acciones buscan presionar al gobierno regional para que reconsidere su postura y vuelva a la mesa de negociaciones con propuestas más favorables para el sector.
El consejero Viciana, por su parte, ha expresado su intención de continuar las negociaciones, aunque subraya la necesidad de hacer ajustes «de manera progresiva» debido a restricciones presupuestarias. Este enfoque ha sido criticado por los sindicatos, quienes argumentan que la educación debería ser una prioridad y que los recursos necesarios deben ser una inversión obligatoria para asegurar un sistema educativo de calidad.
Más allá de los días de huelga, los sindicatos advierten que si no se alcanza un acuerdo satisfactorio, podrían extenderse las movilizaciones, afectando la finalización del curso actual y el inicio del próximo año escolar. Esta perspectiva ha generado preocupación entre padres, estudiantes y personal administrativo, quienes temen las repercusiones de un conflicto prolongado en la educación pública.
En Busca de Consenso
La situación actual exige un y diálogo constructivo entre los sindicatos y la Consejería de Educación. Es fundamental un consenso que trace un camino claro hacia la mejora continua y sostenible del sistema educativo madrileño.
Este período de huelga en la educación pública madrileña es un claro recordatorio de la importancia de escuchar y atender las necesidades de quienes están en primera línea educando a las futuras generaciones. Solo a través del reconocimiento de estos profesionales y la implementación de mejoras reales en su entorno laboral se podrá garantizar una educación de calidad para todos los estudiantes de la comunidad de Madrid.
