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El día que Ayuso ordenó «matar» a la izquierda

La presidenta de la Comunidad se sintió fortalecida por el fin de la huelga de médicos y pediatras de atención primaria, por el anuncio de nuevas indemnizaciones para los afectados por las obras de la Línea 7B de Metro, el archivo de la causa de las comisiones cobradas por Tomás Díaz Ayuso en la compra de mascarillas, y se vino tan arriba que ordenó al Grupo Parlamentario Popular que «mataran» a la izquierda. Sólo le faltó concluir su mensaje con un «sujétame el cubata»

José Antonio Gómez
José Antonio Gómez
Director de Diario16. Escritor y analista político. Autor de los ensayos políticos "Gobernar es repartir dolor", "Regeneración", "El líder que marchitó a la Rosa", "IRPH: Operación de Estado" y de las novelas "Josaphat" y "El futuro nos espera".
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análisis

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El diccionario de la Real Academia de la Lengua define el verbo «matar» como «quitar la vida a un ser vivo». Por otro lado, el modo imperativo expresa mandatos, solicitudes, ruegos o deseos. Es frecuente en todas las lenguas del mundo, entre ellas las lenguas indoeuropeas donde suele realizarse mediante la raíz verbal desnuda sin morfemas de tiempo. En castellano, por su propia naturaleza, el imperativo es normalmente un modo defectivo, es decir, no presenta formas para todas las personas y números.

El imperativo de matar es «matad» y, cuando se refiere a un grupo de personas, es «matadlos» o «matadlas». Ese fue el verbo que utilizó ayer Isabel Díaz Ayuso para ordenar el comportamiento que el Grupo Parlamentario Popular de la Asamblea de Madrid debía tener durante el pleno.

Según ha publicado El País, la presidenta de la Comunidad de Madrid mandó un mensaje al chat del Grupo en el que decía «La izquierda está acabada… matadlos». Una orden que, por más que se entienda en sentido metafórico, es muy fuerte para que sea dictada por la lideresa de un partido político.

El uso del lenguaje muestra mucho de cómo es una persona y, mucho más, un político. Isabel Díaz Ayuso ha demostrado a lo largo de estos cuatro años que tiene un odio especial a todo lo que suene a progresismo o izquierda. Sólo entiende la acción de gobierno desde el sectarismo neoliberal y, por eso, sus políticas han estado orientadas a destruir lo público y dar beneficios a las clases privilegiadas con la excusa de atraer activos e inversiones.

Sujétame el cubata

Diario16 ha entrevistado en las últimas semanas a Mónica García (Más Madrid), Alejandra Jacinto (Unidas Podemos) y Juan Lobato (PSOE). A pesar de las diferencias ideológicas y políticas de los tres líderes, todos coincidieron en un aspecto de Isabel Díaz Ayuso: la soberbia.

El mensaje desvelado por El País demuestra soberbia y un complejo de superioridad derivado, supuestamente, de que ayer fue un buen día para la presidenta de la Comunidad de Madrid. En los últimos meses había temor porque el «fenómeno Ayuso» se estaba desinflando por los graves problemas de gestión que afectaban a necesidades básicas de la ciudadanía.

Sin embargo, Isabel Díaz Ayuso ayer se encontró con que los médicos y pediatras de atención primaria desconvocaban la huelga, que se sumaba al archivo por parte de la Fiscalía Europea de la denuncia por las comisiones cobradas por su hermano por la compra de mascarillas. A esto hay que sumar que la presidenta madrileña tenía previsto anunciar nuevas indemnizaciones para los afectados de las obras de la Línea 7B de Metro.

Ayuso se vino arriba y, como es incontenible, envió el mensaje que envió. Sólo le faltó poner un «sujétame el cubata» para rubricar bien la orden de «matar» a la izquierda.

Los miembros del Grupo Parlamentario Popular fueron obedientes con su lideresa. Cualquiera se opone cuando ya se ha visto cómo ha purgado a quienes se pusieron a ella. El mensaje lanzado por los diputados fue un calco de las órdenes de Ayuso. Ese fue su argumentario.

Sin embargo, en política no hay que matar a nadie, ni siquiera humillar. En plena Transición, esa época idolatrada por Isabel Díaz Ayuso, en el debate parlamentario en el que se aprobó la Ley de Reforma Política, Fernando Suárez respondió a José María Fernández de la Vega, uno de los defensores del mantenimiento del franquismo, que «hemos pensado siempre, y no desde hace unos meses, que los orígenes dramáticos del actual Estado estaban abocados desde sus momentos germinales a alumbrar una situación definitiva de concordia nacional, una situación en la que no vuelvan a dividirnos las interpretaciones de nuestro pasado, en la que no sea posible que un español llame misérrima oposición a quienes no piensan como él».

Ayuso debería aprender de quienes, desde su espacio ideológico, entendieron a la perfección que en política no hay enemigos, sino adversarios, y que ordenar a un grupo parlamentario que «maten» a quienes no piensan como ella, no es más que incitar a la violencia, al odio y, sobre todo, a incrementar la crispación, escenarios en los que Ayuso se siente más cómoda.

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5 COMENTARIOS

  1. La falta de humildad y la impulsividad son características de la personalidad narcisista de Ayuso . Cuando desea algo, lo quiere ya, y si tiene que utilizar a los que la rodean para sentirse superior, no duda en hacerlo…La última palabra la tienen los madrileños el día 28 mayo en las urnas. Además, recordarle a Ayuso lo que dice la Biblia : El hombre-mujer propone, pero Dios dispone. La última palabra, en ningún caso la tiene usted, señora Ayuso…Su desesperación por continuar dominando debe ser convertida en una oración profunda y entrañable llamada ¡RUEGO!

    • Dios no dispone el aborto, ni tan siquiera la autanasia, ni los matrimonios del mismo sexo, todo esto que defiende la izquierda y que de ningún modo esas leyes que defiende sirven para nada, miren los países que gobierna el social comunismo, ¿como están?

  2. A una falangista confesa como Calamidad Ayuso, así se declaró en un programa de la Tv del Toro, le traicionó el inconsciente. «Matar» a la izquierda no le suena mal, los paseillos era el pasatiempo preferido de los falangistas en la década de los 40 del siglo pasado. Es de esperar que ese deseo sea simplemente político.

  3. La estupidez de Ayuso, pues ha encarado el tema como la triunfadora…Cuando la realidad es que ahí que felicitar a los médicos, a su hermano, a los vecinos que han conseguido sus objetivos.

  4. Nah!! No hay quien pueda con ella por mucho que os empeñéis!! Nunca disteis con una persona estadista y honrada como es ella y no sabéis ya ni como abordarla. La clase trabajadora la ama y os va a ser imposible acabar con ella.

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