La fascinación por la escritura, que siempre ha ejercido sobre el ser humano un poder telúrico y misterioso a lo largo de los milenios desde la noche de los tiempos, no se entiende sin el medio por excelencia de transmisión de esos signos de comunicación que sirven a los seres humanos para expresarse por escrito: el papel. Sus orígenes se remontan a dos milenios atrás en el tiempo en China. Pero antes de que llegara aquel momento ya lejano en el tiempo en que los hombres plasmaron por escrito en papel todas sus vicisitudes, se utilizaron otros soportes de escritura, como la arcilla, la seda e incluso los fragmentos de bambú, arroz o algodón.
La aportación del chino Cae Lun a comienzos del primer siglo de nuestra era fue decisiva para que la escritura diera un paso de gigante hasta llegar al material de oficina que hoy se hace tan necesario en cualquier lugar de trabajo en pleno siglo veintiuno. Aquel importante inventor fue el jefe de los eunucos del emperador chino He de Han y además el máximo responsable de los suministros para la Casa Real. Gracias a ese paso decisivo en la Historia, hoy podemos disfrutar de las ventajas de esta herramienta fundamental en los trabajos actuales de todo tipo, hasta llegar al papel de oficina, con sus múltiples y variadas ofertas, que hacen las delicias de cualquier enamorado del papel.
La llegada de la imprenta de Gutenberg a finales de la Edad Media marcó el punto de inflexión para que la escritura y sobre todo el papel se convirtieran en un elemento decisivo de nuestras vidas. Así hasta hoy mismo, en pleno siglo veintiuno y era de la digitalización.
Ni siquiera en el mundo virtual que vivimos hemos podido obviar el magnetismo que el papel ejerce sobre nosotros en nuestro día a día, quizá más necesario que nunca en el desempeño de nuestras funciones profesionales.
De ahí que tener una buena cartera de opciones de tipos de papel de oficina sea imprescindible para poder apreciar en su verdadera dimensión el decisivo papel que el papel, valga el juego de palabras, ejerce sobre nosotros hoy por hoy.
Soy un enamorado del papel, pero plenamente consciente de que su uso se volverá imposible pronto o tarde. Lo fabricamos con árboles. No es posible mantener el actual ritmo de destrucción de masas forestales, y que nuestra especie sobreviva. También dudo de que podamos sustituirlo por soportes digitales: la industria digital ya es una de las mayores consumidoras de energía, y contaminadoras, del planeta. Esto es lo que significa la palabra «colapso».