Una de las piezas clave de las medidas propuestas por el gobierno del primer ministro de Reino Unido, Rishi Sunak, era su política contra la inmigración. Fue polémico cuando propuso deportar a los solicitantes de asilo a Ruanda y ahora se confirma, que además, era ilegal.
Cinco jueces del Tribunal Supremo han confirmado hoy su fallo respecto al tribunal de apelación, que determinó que existía un «riesgo real de que los refugiados deportados vieran erróneamente sus solicitudes en el país del este de África o fueran devueltos a su país de origen», recoge The Guardian.
El fallo, según el medio británico, «socava una de las promesas clave del primer ministro».
El gobierno afirmó que el plan de Ruanda sería «un elemento disuasorio clave para un número cada vez mayor de solicitantes de asilo que llegan al Reino Unido en pequeñas embarcaciones que cruzan el Canal de la Mancha, afirmación que ha sido rechazada por organizaciones benéficas para refugiados».
La sentencia llega inmediatamente después de la destitución de la ministra de interior, Suella Braverman. Quien, el pasado fin de semana, publicaba una carta incendiaria, según The Guardian, acusando al primer ministro de romper un acuerdo para insertar cláusulas en la legislación de Reino Unido que «habrían bloqueado los desafíos legales en virtud del Convenio Europeo de Derechos Humanos y la ley de Derechos Humanos».
Braverman acusó a Sunak de no tener un plan «b» creíble y señaló: «Si perdemos en la Corte Suprema, un resultado para el cual he sostenido constantemente que debemos estar preparados, habrás desperdiciado un año y una ley del parlamento, solo para llegar de vuelta al principio».
Hoy se confirma lo que Braverman vaticinaba: el Supremo ha tumbado la decisión del gobierno.
