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Feijóo desesperado: Felipe VI le puede poner en la calle

El líder del Partido Popular sabe que si Felipe VI no le encarga la investidura cuanto antes, en el PP se iniciarán los movimientos internos para que Isabel Díaz Ayuso le sustituya

José Antonio Gómez
José Antonio Gómez
Director de Diario16. Escritor y analista político. Autor de los ensayos políticos "Gobernar es repartir dolor", "Regeneración", "El líder que marchitó a la Rosa", "IRPH: Operación de Estado" y de las novelas "Josaphat" y "El futuro nos espera".
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análisis

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El tiempo pasa y la desesperación aumenta en Alberto Núñez Feijóo. Los resultados electorales conseguidos el pasado 23 de julio son un verdadero fiasco. El Partido Popular daba por segura una representación suficiente para poder gobernar en solitario con el apoyo de Vox. Sin embargo, ni lo uno, ni lo otro.

Este escenario está provocando que Feijóo esté forzando la situación hasta límites ignotos en la historia democrática española. Sabe que se está jugando su supervivencia política y que no puede dejar pasar el tiempo. Las aguas bajan revueltas en el PP. En los pasillos de las sedes principales se escucha de manera recurrente que, en referencia a los resultados electorales, «con Ayuso esto no habría pasado». Todo el partido está exigiendo que Feijóo está legitimado para acudir a una investidura pero, en realidad, todo el mundo sabe que es un brindis al sol porque los números no dan, porque para que el PP llegara a la Moncloa necesitarían un «milagro» en forma de «tamayazo», cosa harto improbable…, aunque no imposible.

A esto hay que añadir que el Congreso de los Diputados estará controlado por la izquierda, lo que en una democracia parlamentaria es crucial.

Por esa razón, Feijóo no puede dejar pasar el tiempo, no puede permitir que el jefe del Estado no le encargue la investidura de un gobierno porque, en esa situación, las aguas internas del PP comenzarían a salirse de su cauce. Para un partido que ha ganado las elecciones, el hecho de que tenga que ser Felipe VI el que le diga que los números no dan es el golpe de gracia y, evidentemente, el principal responsable sería Feijóo.

Por su parte, el jefe del Estado no puede regalarle al líder del PP la posibilidad de acudir al Congreso a una sesión de investidura porque la gobernabilidad está en juego. Mariano Rajoy, cuando renunció al encargo en 2016, era consciente de los resultados electorales y de que los números no le daban. Sin embargo, el liderazgo de Rajoy no estaba cuestionado. Feijóo, como bien dijo Isabel Díaz Ayuso, sólo disponía de una bala que ha desperdiciado. No hay más oportunidades.

No obstante, forzar la situación o meter presión a la Jefatura del Estado, algo que no se ha hecho nunca desde ningún partido político en la historia de la democracia, no es más que la muestra definitiva de la desesperación: Feijóo sabe que Felipe VI puede acabar con su carrera política.

Tras la formación de la Mesa del Congreso, el presidente o presidenta de la Cámara comunicará al jefe del Estado la composición del Congreso y será entonces cuando se inicie la ronda de contactos con los líderes políticos. Ahí es donde Feijóo se la juega porque Felipe VI podrá elegirle, elegir a otro o, directamente, no proponer ningún candidato, como ya ocurrió en 2016. Sólo una de estas tres opciones alargaría la vida política de Alberto Núñez Feijóo.

Esta situación de presión constante, de referencias recurrentes a que el único que tiene legitimidad para acudir a la investidura es Alberto Núñez Feijóo, estas prisas no son más que el producto de la desesperación, de la necesidad de que se celebre la sesión de investidura a finales de agosto para que el reloj se ponga en marcha y rezar para que en dos meses Pedro Sánchez no consiga los apoyos suficientes. De este modo, Feijóo se garantizaría ser el candidato de cara a unas elecciones en el mes de diciembre y podría frenar movimientos internos que, dependiendo con quién se hable, parece que son imparables.

Además de esto, los movimientos del PP también se dirigen a trasladar presión al PSOE de cara a una gran coalición. En concreto, son muchos los dirigentes que siguen reclamando un gobierno de «Gran Coalición» como los que se dan en Centroeuropa. Esta posibilidad, además de prácticamente imposible, demuestra, una vez más, el desconocimiento y la falta de análisis de la situación política actual en España.

La atomización de los dos grandes bloques, el crecimiento y fortalecimiento de los partidos nacionalistas y la polarización ciudadana son, precisamente, las consecuencias que trajeron las políticas aplicadas por los gobiernos del PP, sobre todo el de Rajoy. Sin embargo, en la formación conservadora ni se habla de esto. Pretenden que el PSOE se alíe, sin condiciones, con un partido que es responsable absoluto de la situación actual de ingobernabilidad.

Mientras todo esto ocurre, Isabel Díaz Ayuso disfruta de sus vacaciones sabiendo que el tiempo corre a su favor.

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2 COMENTARIOS

  1. Me puede contestar el PP¿Qué diferencia hay entre el comportamiento de Carles Puigdemont y el de Alberto Nuñez Feijoo…? Lo que oímos…es que ambos solo piensan en satisfacer sus egos.

  2. Quien va a poner de patitas en la calle a Feijoo no es FelipeVI,es la tocada mental Ayuso¿Alguien lo duda?
    Pobre Feijoo,su plaza de presidente gallego ya esta ocupada jajaja.
    A tomar p.c.!!

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