Alberto Núñez Feijóo sigue en su deriva ultra. La presión de Vox es fuerte y hay que parecer más duro que el partido de Abascal. Está comprobado que en una sociedad en crisis el discurso antisistema contra el establishment rinde votos en las urnas. Eso lo sabe el gallego, que ha empezado una agresiva campaña deslegitimadora de las instituciones democráticas.
Hoy, el presidente popular ha anunciado que su formación promoverá la celebración de tres plenos al mes en el Senado con el objetivo de “contrarrestar la humillación en el Congreso donde las minorías mandan”. Aquí hay dos afirmaciones muy peligrosas para una democracia. La primera que la Cámara Baja, controlada más o menos por Sánchez y su Gobierno, ya no le parece la sede legítima de la soberanía nacional. Por eso, la denosta, la abandona y se bunkeriza en el Senado, donde cree tener mayoría. Es decir, lo que está diciéndole a los españoles es: no se crean nada de lo que pasa en el Congreso de los Diputados porque la auténtica democracia está en la Cámara Alta, donde están los nuestros.
Pero hay otra aseveración tan inquietante o más como la anterior. A Feijóo no le gustan las minorías cuando la democracia es precisamente eso, respeto a los grupos que no cuentan con un amplio respaldo en las urnas. Ningunearlas, mofarse de ellas o denigrarlas no es propio de un demócrata de verdad, sino más bien de un autoritario. Así se entiende que el PP esté coqueteando en los últimos tiempos con la posibilidad de ilegalizar partidos políticos, tal como propone Vox. Esta medida es tan profundamente antidemocrática como las anteriores, pero Feijóo, ansioso como está como reforzar su liderazgo en su partido (sigue amenazado por la sombra emergente de Isabel Díaz Ayuso) y preocupado por las encuestas, sigue sin verlo.
Un demócrata de verdad se comporta conforme a los principios de la democracia. Respeto al rival político y a las instituciones, aceptación de las reglas del juego y de la derrota política (ganar unas elecciones no significa necesariamente ganar el poder) fair play, educación, tolerancia y una buena dosis de ética y decencia. Lo contrario supone abrazarse al populismo trumpista antisistema de forma descarada, sin duda una mala noticia para los españoles.
El jefe de la oposición ha hecho el anuncio de que piensa impulsar tres plenos en el Senado en una reunión plenaria con sus grupos parlamentarios, que se ha celebrado este martes en el hemiciclo de la Cámara Alta, donde el Partido Popular goza de mayoría absoluta. Feijóo ha anunciado su propuesta con el argumento de que la soberanía nacional reside en el Parlamento y la ha enmarcado en la meta de “proteger las Cortes Generales”, cuando a su juicio el Gobierno ha entregado el Congreso “a las minorías”.
En la Cámara Alta el PP pretende favorecer debates y comparecencias, pedir informes que la Cámara Baja “omite” o dar protagonismo a las comunidades autónomas cuando los dirigentes territoriales del PP llevan un mes reclamando una Conferencia de Presidentes.
El líder del Partido Popular ha reclamado al secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, y al secretario general de Junts per Catalunya, Jordi Turull, comparecer mañana en rueda de prensa tras su reunión en el Congreso para explicar “cuál es el contenido y alcance de los acuerdos” que cerraron la semana pasada, y aclaren “qué es lo que es entiende por cesión integral de la inmigración”.
