Todavía coletean las reacciones a los aplausos que recibió el rey Felipe VI en la inauguración oficial de la legislatura.

Los ausentes independentistas le daban al monarca el disgusto del día: firmando un manifiesto donde señalaban a la Institución como uno de los eslabones de una cadena que habría que desmontar para poder avanzar en principios democráticos. Quizás esa fuera la razón que motivaba el adusto rostro de Felipe.

Desde los sillones de los nuevos ministros había aplausos sin ganas, como el de Iglesias, Montero o Garzón, que lo hacían de una forma evidentemente incómoda. Se suscitó después el debate sobre si era necesario aplaudir o bien podrían haberse quedado quietos, como hace tiempo hiciera Iglesias, recién llegado al Congreso como diputado.

Colau incendió ayer las redes precisamente al justificar los aplausos al rey:

El debate ha continuado y esta mañana, en la entrevista que han realizado a la ministra Irene Montero en la Cadena Ser, han preguntado por el asunto. Su respuesta ha ido en la misma línea que Colau: Montero dice que es republicana pero que, precisamente, uno de los valores del republicanismo es el respeto a las instituciones, lo que implica aplaudir al jefe de Estado.

Eso sí, ha querido dejar claro que el grupo de Unidas Podemos «no ovacionó al rey», y es que efectivamente, le aplaudieron pero sin ponerle excesivas ganas.

«Si ara subir el Salario Mínimo Interprofesional o aprobar leyes que protejan las libertades sexuales tienen que aplaudir al jefe del Estado», lo van a hacer.

 

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