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La crisis deja un escenario de «claro empobrecimiento» de las clases trabajadoras

Un informe de UGT asegura que los salarios no están creciendo al mismo ritmo que los beneficios empresariales

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análisis

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El informe Los beneficios empresariales crecen a costa de los salarios, elaborado por el Servicio de Estudios de UGT, revela “un claro escenario de empobrecimiento de la clase trabajadora”. Los salarios no están avanzando al mismo ritmo e intensidad que los precios, lo que está teniendo graves repercusiones para la capacidad adquisitiva de las personas trabajadoras. Mientras tanto, las empresas, en vez de ver resentidos sus márgenes de beneficio a causa del incremento del coste de las materias primas, los están acrecentando. De esta forma, ya superan los niveles alcanzados en 2019, antes del estallido de la pandemia.

La causa de la inflación son los beneficios de las empresas

A la vista de los elementos que inciden sobre la inflación, la conclusión es clara: son los beneficios, y no los salarios, los principales causantes de la misma. Por tanto, de existir algún “efecto de segunda ronda” es atribuible a los beneficios de las empresas. Así, aunque en su origen la causa del incremento de precios se situara en factores externos de oferta, actualmente, es la dinámica especulativa seguida por las empresas la que está impulsando con mayor intensidad la espiral de precios a máximos históricos, obteniendo niveles de beneficios récord.

Y mientras tanto, los salarios siguen prácticamente estancados, con subidas muy alejadas de los incrementos que se están produciendo en el nivel general de precios. Aunque se esté observando una moderación de la tasa general del IPC debido al tope del gas introducido por el Gobierno, el precio de otros productos de primera necesidad, como los alimentos o la vivienda, siguen registrando crecimientos desorbitados mes tras mes, privando a muchas familias de la posibilidad de acceder a los productos y servicios más básicos de la cesta de la compra.

Además, este comportamiento tan dispar entre salarios y beneficios, si bien es un fenómeno que resulta intrínseco a la necesidad de acumulación de beneficios del propio sistema capitalista, es especialmente llamativo en el caso de España: los costes laborales están creciendo muy por debajo de la media europea, mientras que se registra uno de los mayores incrementos de márgenes de beneficio en Europa, siendo además la economía en la que más ha crecido el reparto de dividendos empresariales de toda la Unión Europea.

Subida del Salario Mínimo Interprofesional

Por todo ello, es necesario equilibrar la balanza de costes de la inflación para que no sean las personas trabajadoras las que continúen soportando, a costa de su bolsillo y de su salud, todo el peso de la actual crisis de precios. Sobre todo, si los salarios, como se ha podido constatar en el documento, no están actuando como correa de transmisión de la inflación. Así, no hay razones objetivas que justifiquen esta dinámica, por lo que resulta necesario acordar incrementos salariales en los convenios que protejan el poder de compra de las familias. En el caso del SMI, un instrumento esencial para reducir la desigualdad y garantizar unas condiciones dignas entre la clase trabajadora más precaria, es preciso que en 2023 se adopte una subida que permita simultáneamente aproximarse al 60 por ciento del salario medio del país y sostener el poder de compra de sus perceptores.

En definitiva, es preciso poner fin a esta perversa dinámica precios-beneficios, introduciendo mayor vigilancia y control de la expansión de los márgenes empresariales, promoviendo un reparto justo de los costes de la crisis y evitando un deterioro mayor de la capacidad adquisitiva de la población trabajadora que podría desgastar aún más el consumo los hogares y poner en peligro la solidez del crecimiento económico y de la creación de empleo, alimentando aún más los niveles de desigualdad y pobreza ya existentes en nuestro país.

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1 COMENTARIO

  1. Nada nuevo. Cambian las formas en la que el capital acapara la riqueza separándo cada día más su renta de la del trabajo pero no cambia la dirección. Nos vendieron desde la revolución conservadora, que paró en seco el desarrollo del mundo del trabajo (lo único que percibimos es una mejora crecimiento de productividad causada por la técnica que fundamentalmente es acaparada por el capital aumentando la diferencia) que no podían subir los salarios si queríamos mantener el sistema, y para cubrir la producción que sostenían los beneficios se dedicaron a crear una deuda, que creó la crisis anterior, en la que sostener la demanda que no podían cubrir aquellos, que luego tuvimos que pagar todos, una vez que “la pasta” se retiro del mercado y se refugió en paraísos fiscales: un todos somos responsables que les sirvió de excusa para conseguir que saliéramos de aquella crisis la ya referida mayor diferencia de rentas. Exactamente lo mismo que cuando tras la pandemia y su parón los costos se trasladaron al trabajo ( y aun querían que los salarios siguiesen frenados para mayor diferencial) y que ahora, en el negocio de la energía (la guerra no es más que la oportunidad de escasez que los especuladores del mercado necesitan para operar de modo que sus beneficios se multipliquen, demostrando que el enemigo esta mas dentro que fuera: el gas que Rusia vende vía India y Paquistán, por debajo de 60 € como límite establecido el, nos retorna desde empresas privadas hasta por encima de 100 €, del mismo modo que las compañías explotan en el interior de nuestros países las condiciones de ventaja mientras nos hablan de respeto por libertad y el sistema social), hoy aprovechan el momento no solo para subir los márgenes en que fundan sus beneficios, sino que es un buen motivo para llorar la amargura de las sufridas empresas que tanto trabajo quieren mantener y pagar como leitmotiv de su existencia.
    No, no, en lo absoluto, el capital, objetivo y fin de aquellas, no piensa en otra cosa que en activarse para que todos vivamos mejor y que todos seamos felices, hacen lo que hacen por nosotros y solo piensan en lo mejor para todos; posponen la oportunidad para que, al final, la riqueza fluya hacia sus cuentas en lugar de hacerlo al revés de posponer nuestros bien que debería repercutir en lo que la demanda conlleva para sus ellos. Siempre esperan, condescendientes y solidarios.

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