La mezcla de adolescencia, porno e internet trae de cabeza a muchas familias. Y es que llegado el momento de saber que los hijos acceden, gracias a las nuevas tecnologías, a contenido sexual pornográfico, son muchas las dudas que asaltan a los progenitores. Una situación que pasa en casa de cualquier hijo de vecino pese a que las páginas que visitan piden confirmación de mayoría edad. Basta ver datos como los de Bitdefender según los cuales el 10% de los consumidores de pornografía en internet son menores de edad, o los que dicen que cada segundo 30.000 personas ven pornografía y que el 25% de las búsquedas en la web son sobre dicho asunto.

Jeannie Goodrum, es madre de dos hijos de 15 y 17 años y sabe muy bien lo que supone tal experiencia. “Me preocupa mucho saber si todo el contenido que ven les va a afectar en sus relaciones sexuales y en su manera de ver el sexo a corto, medio y largo plazo. Ellos, como muchos otros chicos y chicas, tienen acceso a Internet, y no quiero ni imaginar la de cosas que habrán podido ver sin estar preparados para ello”.

Y es que todos los padres son conscientes que es imposible poner barreras al campo y que pese a las charlas que tengan con sus hijos sobre educación sexual, ver ciertas imágenes condiciona sí o sí su visión y comportamiento tanto a nivel social como de pareja. “Encuentro multitud de información para los adultos sobre cómo educar en relaciones sexuales saludables, sin embargo no sucede igual con material que vaya dirigido a ellos y que les hable de cuáles son las relaciones sexuales y afectivas que se pueden tener con una pareja”, añade Goodrum. “Creo que este acceso está dañando la relación real que, sobre todo, tienen los hombres con respecto a las mujeres. Considero que el porno no es el mejor ejemplo del sexo a esta edad”, recalca.

Con el fin de hacer una radiografía de cómo el porno afecta a los menores, hemos hablado con alguien que sabe, y mucho, de comunicación y género. Se trata de Isabel Mastrodomenico @IsaMastro, pedagoga, agente de Igualdad y directora de Agencia y Género @AgenciaCyGenero, la agencia especialidad en una comunicación con perspectiva de género.


 

Isabel Mastrodomenico

¿Por qué hay tanto material dirigido a padres y adultos y tan poco para los chic@s de entre 14-18 años?

Pues es un fallo, porque ya estamos hablando de edades donde es fundamental dirigirnos a las y los adolescentes, sin dejar de lado a padres y madres que deben conocer la realidad y sobretodo hablar con confianza y claridad del tema. Al final el problema no es una cuestión de prohibición y el hecho de que la mayor parte del material no se dirija a quienes consumen la pornografía genera un vacío, y más en esas edades, en las que ya empiezan a actuar de manera más independiente y en ocasiones las prohibiciones se entienden como una incitación.

¿De qué manera se les  puede explicar que lo que ven les influye en algo tan básico e importante como las relaciones de pareja?

Desde mi experiencia como pedagoga, considero que la mejor manera de sensibilizar en esas edades es evidenciar la situación a través de las realidades que tienen en su cotidianidad. La cosificación y sexualización del cuerpo de las mujeres y niñas está a la orden del día, así pues enfrentar la distorsión frente a sus expectativas o experiencias sexuales producidas por el consumo del porno, es muy evidente. Así como el hecho de llevarles a reproducir modelos de relación y sexualidad que les negaran la posibilidad de vivirlas con naturalidad y felicidad real.

Las chicas que ven porno se crean la falsa idea de estar allí para satisfacer los deseos de su pareja, incluso a costa de aguantar vejaciones, porque es lo que han visto

¿Cómo se puede hacer ver a un adolescente los efectos a largo plazo?

Desafortunadamente una gran parte de los problemas a los que nos enfrentamos como sociedad, donde la desigualdad y la violencia contra mujeres y niñas es una pandemia y además está normalizada, tienen sus cimientos en cómo se ha construido el concepto de la sexualidad. Es necesario evidenciar esto y la gran carga de consecuencias que arrastra. La principal, vivir una sexualidad que finalmente nunca satisface y negarse la posibilidad de educarse sexual y afectivamente para poder vivirla con plenitud.

Me gustaría matizaras el mensaje que se recibe cuando quien ve porno es chico o chica.

Ellos asumen que las mujeres estamos para su complacencia y se cree en el falso mito de que una erección seguida de una eyaculación es el placer que deben alcanzar, con adornos más, adornos menos, pero desconocen la esencia del placer compartido, de una serie de acciones físicas y afectivas que conllevan a un verdadero disfrute; esto sin hablar de aquellas líneas del porno donde la violencia es parte del relato y que les llevan a confundir conceptos y más adelante acciones. Por ejemplo que la violación es una fantasía que las mujeres deseamos. Hace pocos años, tuve la posibilidad de leer un informe de un estudio realizado con adolescentes que había agredido sexualmente a sus parejas o compañeras y algunos argumentaban que ellos tenían entendido que eso «les ponía».

En ellas, aunque me atrevo a afirmar que eso va remitiendo sustancialmente, se crean la falsa idea de estar allí para satisfacer los deseos de su pareja, incluso a costa de aguantar vejaciones, porque es lo que han visto en el porno. Además de la perpetuación de los estereotipos de belleza femenina.

¿Dirías que es insano ver pornografía a tan temprana edad pero que es imposible con las nuevas tecnologías?

Desafortunadamente con las nuevas tecnologías es más difícil de controlar, por lo que la mejor salida es la educación sexual y afectiva y en el entendimiento de este material, al igual que de toda la información que a diario reciben.

¿Poner restricciones a las páginas web para que sean más difíciles a acceder es una solución?

No lo creo así, al final siempre consiguen saltar todas las prohibiciones. Creo que la mejor estrategia es la comunicación en su entorno y la educación. Si queremos evitar que lo consuman, la mejor forma es que entiendan porqué y eso se consigue educándoles.

 

4 COMENTARIOS

  1. La pornografia es algo inherente en el ser humano y por eso la mayoría lo ven aunque no lo admitan. Siento decirlo pero el porno a distorsionado la imagen de la mujer convirtiéndola en un objeto de placer y creen que el sexo es como lo ven en estas peliculas, algo meramente carnal y vanal

  2. Si los hombre creen algo así es que son unos incultos. A todas nos gusta el porno pero eso no quiere decir que nos guste practcarlo por obligación o con cualquiera. La pornografía está devaluando a la mujer y algunos hombres se piensan que somos un objeto al alcance de cuaquiera. Nos gusta disfruta del porno pero no a cualquier precio

  3. Me preocupa que una mujer promedio Heterosexual se decante con el porno lesbico, pues hay muchos reportajes que apuntan a ello…sera tan cierto?

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