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Mañueco sería capaz de pactar con Sánchez solo para conservar el poder en Castilla y León

El presidente castellanoleonés recuerda en una entrevista que hablará con todas las fuerzas políticas si los números no le dan para gobernar y que quien se la juega el domingo es él, no Pablo Casado

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análisis

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El candidato del PP a la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, hablará con todas las fuerzas políticas para ver “qué posibilidades hay” de formar Gobierno tras conocer el resultado de las elecciones de este domingo. Es evidente que Mañueco no ve claro su triunfo en los comicios que se avecinan, tal como vaticina el CIS. Los populares critican mucho a Tezanos por sus predicciones prosanchistas y sus augurios demoscópicos siempre negativos para la derecha, pero conforme se va acercando la hora crucial de la cita con las urnas tiemblan, temen que los peores vaticinios se cumplan y empiezan a ver la posibilidad de que los sondeos del Centro de Investigaciones Sociológicas vayan en la buena línea cuando predicen que la noche electoral acabará con una pírrica victoria del PP que no les dará para gobernar.

El candidato popular castellanoleonés no las tiene todas consigo y ya va pensando en el día después, cuando los números no le den para hacer realidad su sueño de reelección. ¿Qué hará entonces si la suma con Vox no le llega para revalidar su cargo como presidente autonómico? Ahora le dice al pueblo que hablará con todas las fuerzas políticas para armar un Gobierno, lo cual no deja de ser una quimera, ya que Pablo Casado, con su sectarismo y deriva ultra, ha quemado todos los puentes de entendimiento con otros partidos. Esa ruptura de relaciones incluye tanto a Ciudadanos (a los que el jefe de la oposición ha tratado de liquidar de un plumazo convocando elecciones en CyL por puros cálculos partidistas) como al PSOE.

Si el presidente autonómico acaba ofreciendo sillones y cargos a Cs (o con lo que quede de ese partido, que será poco) sería el colmo de la hipocresía política. Primero los echa del Ejecutivo regional, luego convoca elecciones para darles la estocada de gracia y pescar votos en el caladero del centro y todo eso para terminar mendigándoles los escaños que le faltan para ser presidente. De Cs se puede esperar cualquier cosa, no tienen ideales, son pragmáticos y capaces de pactar con quien los ha humillado sin piedad. Francisco Igea ya ha dicho que llegarán a acuerdos con quien lleve el programa naranja más lejos. O sea, que se deja querer por unos y por otros, por PP y PSOE. Otro que dice odiar el sanchismo pero no dudaría en abrazarse a él para conservar el carguete.

Por otro lado, una posible gran coalición de Mañueco con los socialistas para gobernar Castilla y León parece más que improbable. No dejaría de ser un sarcasmo que el líder popular autonómico pretenda dialogar con el PSOE, que es tanto como hacerlo con Unidas Podemos, cuando el PP casadista se ha pasado años denunciando a la izquierda bolivariana y socialcomunista. No sería serio. Además, esa hipotética alianza no gustaría al partido fundado por Pablo Iglesias, cuyo previsible enfado haría temblar los cimientos del Gobierno de coalición en España. Ciertamente, sería algo surrealista que después de que Génova se haya pasado toda la legislatura acusando a Sánchez de pactar con etarras y separatistas ahora uno de sus barones esté dispuesto a estrechar la mano de los que quieren romper España, como dice Casado. Pero en este mundo todo es posible; ya se sabe que un político del PP siempre presume de patriota hasta que ve peligrar el poder. Entonces es capaz de sentarse con Sánchez, con el mismísimo Diablo o incluso con Bildu si hace falta. No sería la primera vez que el partido conservador acuerda algo con la izquierda abertzale.

En ese contexto se encuadran las últimas declaraciones del presidente castellanoleonés, que recuerda que aquí “el que se la juega soy yo, no Casado”. Es una forma de marcar distancias con el jefe de Madrid, que a fin de cuentas es quien convoca esta cita electoral al considerar que, afianzando los feudos autonómicos en manos del PP, Moncloa caerá en poco tiempo. Casado ha llevado a los castellanoleoneses a elecciones por puro interés personal, porque cuadraba con sus cálculos, no por el bien de esa comunidad autónoma. El problema es que, si tenemos en cuenta los datos del CIS (malos para el PP), la maniobra de Casado puede terminar en fracaso, es decir, que al líder popular puede salirle el tiro por la culata y lo que parecía un paseo triunfal por Castilla y León puede acabar convirtiéndose en una pesadilla.

En una entrevista con Onda Cero recogida por Europa Press, Mañueco se ha referido a la posibilidad de pactar con Vox en el caso de que los escaños de ambos partidos sumen mayoría parlamentaria. En concreto, el presidente regional ha pedido “esperar” a ver los resultados antes de descartar negociaciones con otros grupos políticos, al tiempo que ha trasladado que su posición en este momento es conseguir el “mayor número posible de apoyos” y “concentrar el esfuerzo en el PP”.

Por otro lado, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, manda recaditos a Mañueco al asegurar en un acto electoral que, en caso de que fuera necesario, ella preferiría pactar “con el partido de Ortega Lara”, en referencia a Vox, antes que “con aquellos que pactan con los que lo secuestraron”. Para Mañueco, las palabras de Ayuso expresan que Ortega Lara es un “referente” para la “gente de bien y los demócratas” que creen en la “libertad”. O lo que es lo mismo: manzanas traigo, no se da por aludido por las sugerencias de la lideresa y mantiene abiertas todas las hipótesis.

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