Josep Piqué, ex ministro, economista y empresario, ha muerto este jueves a los 68 años, según ha confirmado su familia a través de un comunicado. Hablamos de una figura esencial para entender el devenir de la derecha española en los últimos años. Todos los analistas, tanto los que le conocieron como los que analizan su contribución desde la lejanía, destacan hoy su talante moderado y conciliador, así como su apuesta por políticas que realmente redundaran en beneficio de la sociedad. A Piqué no lo veríamos hoy retuiteando absurdeces en las redes sociales, ni tomando parte en uno de esos mítines de partido donde de repente una señora telepredicadora se sube al escenario para despreciar a la ciencia. No era un ayusista, sino un hombre racional, un librepensador, con sus tendencias conservadoras totalmente legítimas, pero alguien con el que se podía dialogar para llega a acuerdos. Tampoco imaginamos nosotros a Piqué pactando en secreto con la extrema derecha. El radicalismo estaba muy lejos de su pensamiento político.
Político y empresario
Fue ministro durante los gobiernos de José María Aznar y ocupó diversas carteras, como la de Asuntos Exteriores, Ciencia o Industria, y portavoz del Ejecutivo. También, en su vertiente empresarial, fue presidente de la aerolínea Vueling. “Cuando hablan de puertas giratorias se me escapa una sonrisa”, decía cuando le preguntaban por ese fichaje.
“Con profundo dolor comunicamos el fallecimiento de nuestro esposo y padre, Josep Piqué Camps, en el 12 de octubre de Madrid. Su integridad personal, su fortaleza, su amor por la familia, el trabajo y su lucha por la vida nos van a acompañar siempre”, ha anunciado la familia, en una nota adelantada por Cope. Piqué fue un destacado dirigente del PP catalán y se presentó en varias ocasiones a la Presidencia de la Generalitat, hasta su retirada de la política activa en 2007, por diferencias con el entonces secretario general del partido, Ángel Acebes. Con eso está dicho todo. En las últimas semanas había sido rescatado por la dirección de Alberto Núñez Feijóo como asesor de la nueva fundación del partido, Reformismo21.
Era licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales y en Derecho por la Universidad de Barcelona. Durante su etapa universitaria fue militante del PSUC, formación comunista catalana, y comenzó su carrera profesional como profesor en la Universidad de Barcelona. Ya entre 1986 y 1988 fue director general de Industria de la Generalitat catalana para más tarde incorporarse a Ercros, controlado por el grupo KIO, de la que llegó a ser consejero delegado y presidente. En 1992 asumió la vicepresidencia del Círculo de Economía de Barcelona y tres años después la presidencia, y ya el 5 de mayo de 1996 fue nombrado ministro de Industria y Energía en el primer gabinete de José María Aznar.
Condolencias desde el partido
El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, ha lamentado la muerte de “un catalán de cepa, gran español y mejor amigo”. “Lamento profundamente la muerte de Josep Piqué. Perdemos a un excelente profesional siempre dispuesto a ayudar a su país, un catalán de cepa, gran español y mejor amigo. Todo mi cariño a Gloria y demás familia. Descanse en paz”, ha escrito el dirigente popular en sus redes sociales. “El PP tiene un déficit de percepción en Cataluña (…) Feijóo debe hacer ofertas en positivo a Cataluña, como una mejor financiación”, le sugirió Piqué, al jefe, en una reciente entrevista. Y también le envió un mensaje directo sobre sus coqueteos con la extrema derecha: “No me gustaría que Vox formara parte del próximo Gobierno”. Ya veía venir el grave riesgo de que el partido siguiera con su peligrosa deriva trumpista, en este caso pasada por el filtro Ayuso. Su diagnóstico era perfecto. Las coaliciones con Vox en gobiernos regionales no están sentando nada bien a la salud del partido fundado por Manuel Fraga. Sin duda, en estos tiempos confusos para la derecha española, la de Piqué es una pérdida irreparable para el mundo conservador español amenazado por múltiples peligros. Se nos va otro político marcado por el estilo de la Transición. Una generación cuyo legado conviene no olvidar.
¿Voz sensata en el PP? ¿Sensata? ¿En el bipartidismo?