Esta semana ha sido anunciada la histórica entrada de República Dominicana en el Consejo de Derechos Humanos (CDH) de la Organización de las Naciones Unidas para el período 2024-2026, tras ganar su candidatura en las elecciones de la Asamblea General, al alcanzar 137 votos de los 186 emitidos.
El ministro de Exteriores, Roberto Álvarez, afirmó que la obtención de un asiento en este Consejo «constituye un hito para el país y reafirma el compromiso del Gobierno dominicano con la promoción, protección, defensa y cumplimiento de los derechos humanos a nivel global, como lo contempla la política exterior nacional en su eje número tres».
Esta posición es un reconocimiento de la comunidad internacional a la política exterior dominicana y, además, fortalece el liderazgo del país, ya que el Consejo de Derechos Humanos constituye uno de los principales órganos del Sistema de las Naciones Unidas, el cual está compuesto por 47 Estados.
Tal como señaló el mismo ministro, este triunfo de República Dominicana responde a las nuevas directrices en política internacional aplicadas por el gobierno del presidente Luis Abinader.
A pesar de la campaña de desprestigio y difamación que ha surgido en contra de esta nación, compuesta por, un supuesto experto externo de Naciones que afirmó que en República Dominicana se estaban vulnerando los derechos humanos de los haitianos que vivían en el país, informaciones falsas puesto que los nacionales de Haití que tienen regularizada su estancia en el país quisqueyano tienen exactamente los mismos derechos que los dominicanos.
A pesar del comunicado de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) respecto a la situación de una parte de haitianos nacidos en República Dominicana que, por una decisión de los gobiernos del PLD, les fue retirada la nacionalidad y, por tanto, se encontraban en una situación de apatridia. Sin embargo, se culpó al gobierno de Luis Abinader de una situación de la que no es responsable y, en segundo término, se acusó de que esas personas iban a ser deportadas. Todo esto falso.
A pesar de descubrirse la falsedad de ello, algunas de las oenegés que dieron una versión falsa a la CIDH han continuado con su campaña difamatoria que atenta contra su propio país y enviaron información al New York Times quien publicó una pieza firmada por profesionales desde México y Miami para enterarse de la realidad de la situación y que, por supuesto, no contactaron con el gobierno de República Dominicana para contrastar si dicha información era correcta o un bulo.
A pesar de todo lo anterior y de la carta enviada al encargado de negocios de la embajada de los Estados Unidos en República Dominicana, Isiah Parnell, por parte del excongresista Connie Mack IV, lobista contratado por el exministro de Hacienda, Donald Guerrero, actualmente investigado por presuntamente haberse enriquecido con millones de dólares de dinero público y ser, supuestamente, partícipe de la captación de fondos ilícitos para la financiación del PLD para las elecciones de 2020, la cual exponía, «el gobierno del presidente Luis Abinader, bajo el pretexto de los esfuerzos anticorrupción, ha convertido al Ministerio Público en un arma para castigar a los opositores políticos y recompensar a los aliados […] la mayoría de los líderes de su partido de oposición ahora estén presos o bajo amenaza de prisión», la República Dominicana formará parte del Consejo de Derechos Humanos de la ONU.
Todas estas gentes debieran ahora mismo dar alguna explicación, porque alcanzar 137 votos de 186 papeletas válidas que permiten que la nación dominicana pertenezca a este consejo lo deja descalificado totalmente.
Si lugar a dudas, el trabajo realizado por el ministro de Exteriores Roberto Álvarez pone en valor las normas aplicadas por la gestión del primer mandatario, Luis Abinader, en materia de derechos humanos, esas que muchos quieren opacar con datos falsos y bulos.
Haití cierra la frontera
El presidente Abinader, independientemente de que había tomado medidas con la intención de provocar que en Haití se detenga la construcción del canal en el rio Masacre que viola acuerdos internacionales, dio a conocer el lunes otras medidas tomadas desde la conciencia y en favor de los derechos humanos, como lo viene haciendo desde agosto de 2020.
Entre ellas, habilitar Corredores Comerciales Provisionales (CCP) en las distintas provincias fronterizas para facilitar el comercio de productos esenciales dominicanos como alimentos y medicinas, especialmente para los niños y niñas. La respuesta de los haitianos ante esta decisión fue mantener sus puertas cerradas.
Parece extraño que esas oenegés, organismos y medios de comunicación no se hagan eco de esto que ha ocurrido, como lo han hecho con otras historias que no corresponden con la realidad, ¿será qué están recibiendo presiones temerarias referente a las dictaduras privadas que actúan en Haití y controlan el país?
Tampoco han difundido que empresas extranjeras invierten en la compra de barcos para cargar alimentos hacia Haití, los cuales están llegando por la costa sur de ese país. ¿En dónde han estado esos profesionales que desde México y Miami firmaron la pieza publicada en el New York Times? ¿Por qué no se hacen eco de informaciones como estas? O quizás también, de que los hospitales de la República Dominicana están llenos de haitianas gestantes, en la mayoría de los casos indocumentadas, las cuales son atendidas sin tener que pagar absolutamente nada.
Ante esto prefieren cambiar la mirada porque su principal interés no es llevar la verdad, sino, imponer los intereses personales de unos cuantos.
