El expresidente de Francia, Nicolás Sarkozy, ha sido condenado hoy a tres años de prisión por corrupción y tráfico de influencias en el caso Bismuth.
Según el tribunal en su sentencia, Sarkozy habría ofrecido contrapartidas a un fiscal en el año 2014 a cambio de obtener información y ayuda en una causa judicial que le afectaba directamente.
Junto al expresidente francés, también han sido condenados su abogado, Thierry Herzog y el fiscal de la corte de Casación, Gilbert Azibert.
El juicio sobre las escuchas clandestinas se desarrolló a finales del año pasado, y los acusados defendieron su inocencia alegando la inexistencia de pruebas. Sin embargo, el tribunal ha considerado los hechos como probados.
Fue precisamente el 8 de diciembre cuando la Fiscalía Nacional Financiera (PNF) solicitó cuatro años de prisión contra Nicolás Sarkozy al considerar que la imagen presidencia había quedado dañada por su conducta, con efectos «devastadores».
Precisamente en este sentido se pronuncia la sentencia conocida hoy: «Los delitos han dañado gravemente la confianza pública al inculcar la idea de que las decisiones del Tribunal de Casación pueden ser objeto de acuerdos privados».
El segundo expresidente francés condenado
Según ha subrayado el diario francés Le Monde, con esta condena sería ya el segundo caso en el que un presidente francés resulta condenado por la justicia. Concretamente, Jaques Chirac fue sentenciado en el año 2011 en el caso de los empleos ficticios del Ayuntamiento de París, por lo que se le condenó por malversación de caudales públicos.