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Una información de Diario 16 frena la caza de brujas contra el escritor Alejandro M. Gallo por su novela sobre el sindicalismo vividor

La obra fue llevada a la Junta de Personal y votada pero el sindicato USIPA no se sumó a la reprobación por lo que no hubo unanimidad

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análisis

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Una información de Diario 16 ha servido para frenar la caza de brujas que un grupo de sindicalistas había emprendido contra el escritor de novela negra y comisario de la Policía Local de Gijón, Alejandro M. Gallo, a raíz de la publicación de su última novela Matanza de Atocha, 1977: caso abierto. En su obra de ficción, escrita en un claro tono paródico y sarcástico, el autor no solo indaga en las claves de la investigación del crimen que marcó la Transición española, sino que compara aquellos bravos sindicalistas del posfranquismo con algunos que hoy utilizan su cargo para sus asuntos personales. Lógicamente, estos últimos salen mal parados y alguno ha decidido ajustar cuentas en la vida real amenazando con llevar al escritor a los tribunales por difamación e incluso ante la Junta de Personal del Ayuntamiento de Gijón. Los presuntos agraviados habían solicitado que se tratara el asunto en la reunión que se iba a celebrar el pasado 2 de noviembre pero finalmente, y tras la publicación del escándalo en las páginas de Diario 16, el juicio a la novela parecía abocado definitivamente a una sentencia condenatoria, pero uno de los sindicatos no se sumó a la propuesta de reprobación, con lo que no hubo unanimidad.

El relato de Alejandro M. Gallo, un autor de novela negra con miles de seguidores, no ha dejado indiferente a nadie en la ciudad asturiana y la polémica continúa. Ayer mismo, sin ir más lejos, la Unión de sindicatos independientes del Principado de Asturias (USIPA-SAIF), emitía un comunicado en el que aseguraba que “en el Ayuntamiento de Gijón las mesas de negociación apenas se convocan y duran poco más de dos horas por decisión administrativa. La Junta de Personal, en manos de SIPLA y UGT no se convoca ni una vez al año (se debería convocar al menos cada tres meses) y no lo hace para tratar cuestiones de su competencia en defensa del personal, sino para defender los intereses personales de los convocantes”.

Según USIPA, a día de hoy los trabajadores de la Policía Local de Gijón no tienen acuerdo ni convenio, ni calendario laboral, ni teletrabajo, ni subida de niveles por carrera, ni se negocian las compensaciones por la excesiva subida del IPC (como siempre se hizo, obteniendo como resultado las pagas de productividad), “ni se hace labor sindical para defender al personal”. “Si no teníamos suficiente con esto, ahora parece ser que el objetivo de los sindicatos de clase y del SIPLA es solicitar la adopción de medidas frente al jefe de la Policía Local, y en las Mesas de Negociación y en la Junta de Personal; en vez de debatir cuestiones de interés se debate acerca de un libro escrito por el jefe de Policía, en el que se sienten identificadas varias personas”. USIPA afirma que la reunión de la mesa de negociación de la semana pasada se anuló a petición de UGT y CCOO, ya que “parece ser que no tenían tiempo para acudir. Eso sí, a la reunión de la Junta para debatir sobre el libro de ficción, celebrada entre las 10:40 y las 14:20, acudieron sin problema”.

USIPA asegura que va a seguir trabajando por defender los intereses del personal, va a solicitar expresamente que se continúe con las negociaciones, seguirá haciendo labor sindical y “no va a formar parte de este espectáculo”. Solo trasladará la información que considere de interés. “El cese o continuación en el cargo del jefe de Policía Local no nos compete al nombrarse por libre designación, siempre que se haga ajustado a derecho, algo que en este Ayuntamiento no es frecuente. Nuestra obligación es trabajar para lo que se nos paga”.

Este sindicato ha elaborado una secuencia de los hechos desde que se publicó la novela Matanza de Atocha, 1977: caso abierto “para que se sepa por qué la Junta de Personal está siendo un hazmerreír”.  Según el relato de USIPA, cuando el actual presidente del SIPLA llegó al cargo hace 7 años inició una “guerra personal” contra Alejandro M. Gallo, “a la que arrastró por afinidad a personas de confianza del actual gobierno”. Para reforzar sus argumentos, el sindicato utiliza como fuente un artículo publicado en Diario 16,“diario de prestigio que se lee en toda España”, en el que se denuncia la caza de brujas abierta contra el escritor. En la información de este periódico se asegura que “la novela no solo le sirve al escritor para desentrañar aspectos inéditos de los asesinatos de Atocha, recuperando una parte de la memoria histórica de nuestro país, sino para poner en solfa y parodiar el comportamiento de algunos sindicalistas de hoy que, según el autor, utilizan las horas sindicales de sus compañeros no para defenderlos ni para la acción sindical, sino para sus intereses privados y sus negocios. Eso está ocurriendo, eso es una corruptela que nadie controla y está pasando todos los días en muchísimos centros de trabajo privados y en la Administración. Lógicamente, la sátira ha levantado ampollas”.

El objeto de la polémica viene a cuento de la utilización del nombre de un personaje en la novela de Alejando Gallo. En la historia, el comisario Gorgonio viaja a Asturias para resolver el asesinato de un sindicalista liberado apodado Baby Polla. Hasta ahí la ficción. Sin embargo, esta anécdota ha suscitado todo el revuelo al sentirse identificados algunos funcionarios que en la vida real tomaron parte en un expediente en el que a uno de ellos se le insultaba llamándole Niño Polla. El asunto llegó a filtrarse incluso en las redes sociales. “Esto parece el parvulario. Como consecuencia de esto, la jefa de Servicio de Estrategias y Coordinación de Recursos (debía tener poco trabajo), abrió un expediente al denunciado y se tomó declaración a todo un turno de policía, lo que supuso un coste en horas de trabajo nada despreciable, llegando a llamar a declarar a personal de permiso a los que se les abonaron las horas correspondientes”, asegura el comunicado del USIPA. “Como nadie escuchó nada y todo el personal dijo que eso era falso, entonces el supuestamente apodado como Niño Polla inició una demanda judicial. Esa demanda, sin pies ni cabeza no obtuvo fruto, algo que resultaba más que evidente ya que no tenía pruebas ni testigos del hecho denunciado”.

Según el sindicato que emite el comunicado, como consecuencia de la publicación del libro escrito por el jefe de Policía, cuatro funcionarios solicitaron amparo a la Junta de Personal: el presidente y el secretario de la Junta, un delegado sindical y la jefa de Estrategias y Coordinación de Recursos, al sentirse identificados con personajes que aparecen en la novela. En la reunión de la Junta se aprobó concederles amparo, con el único voto en contra de delegados de USIPA. “Desde USIPA advertimos en ese momento que íbamos a ser el hazmerreír de todo el mundo y que no corresponde a los delegados sindicales ni a la Junta de Personal analizar un libro de ficción. En todo caso, si alguien se siente ofendido, debe acudir a los Tribunales Ordinarios de Justicia a título particular”. Obviamente, en Matanza de Atocha, 1977 cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia. Algunos no han querido verlo así.

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