El dinero no da la felicidad, pero ayuda a rebajar años de cárcel, como refleja la sentencia del violador Dani Alves, condenado a 4 años y 6 meses de cárcel.
La fiscalía pedía 9 años de cárcel, pero se aplicó la mínima posible debido a la triquiñuela legal como recoge la sentencia, “que con anterioridad a la celebración del juicio la defensa ha ingresado en la cuenta del Juzgado la cantidad de 150.000 euros para que fueran entregados a la víctima, sin ningún tipo de condicionante”. Y continua, “por más que en el auto de procesamiento se estableciera la obligación del procesado de abonar una fianza de 150.000 euros, el hecho de que haya indicado que solicita que esta cantidad le sea entregada a la víctima con independencia del resultado del juicio, expresa una voluntad reparadora que tiene que ser contemplada como una atenuante”
Ya sabes, si tienes esa cantidad o puedes rehipotecar tu casa, o un amigo te los puede dejar, como hizo Neymar con Alves, con abonar 150.000 euros, te ahorras como mínimo 1.000 días de cárcel.
No sé si está en la ley, que el dinero rebaje penas en forma de atenuante en favor de la persona condenada. De la misma, forma que cuantificar el trauma psicológico de por vida que sufre una persona por una violación en solo 150.000 euros, me parece deleznable. Si la salud mental de una persona es cuantificable, debería ser la fianza por violación de 15 millones de euros para que Neymar siga demostrando
lo buen amigo que es, y así la victima pueda por lo menos, resarcirse, con una multa acorde a la estimación del patrimonio del acusado, unos 55 millones de euros. Que si bien, ahora tiene bloqueado el acceso a su patrimonio, seguro que en un lustro le devuelve la calderilla de la fianza a su compañero de manada.
Se nota el patriarcalismo de la sentencia al tener que constatar de mil maneras que la víctima no cambió su versión, a diferencia del acusado. Si llega a ser al revés,
¿hubieran absuelto al famoso violador? O ¿Le hubieran impuesto una pena mínima como ha pasado en innumerables casos anteriormente?
Por otra parte, que solo hayan sido cuatro años y no seis, es porque la agresión sexual se cometió cuando estaba vigente la primera versión de la Ley de Irene Montero, que a partir de abril del año pasado se cambio a 6 años, con su objeción, claro.
En definitiva: patriarcado 2 – sociedad matrística 1.
