Cuando la extrema derecha amenaza no suele hacerlo a la ligera. Ayer, Isabel Díaz Ayuso lo sufrió en sus carnes porque Vox cumplió y votó en comisión en contra de los presupuestos de la Comunidad de Madrid para 2023. Por tanto, la Mesa de la Asamblea tendrá que desconvocar el pleno previsto para los días 21 y 22 de diciembre.
Las negociaciones para el apoyo de la extrema derecha a estos presupuestos no se cerraron con éxito. Evidentemente, por parte de Vox había desconfianza hacia el cumplimiento de las promesas de Ayuso. Por esa razón presentaron una serie de enmiendas parciales fuera de plazo con la acusación de que el PP estaba humillando a los votantes del partido de extrema derecha. La Mesa de la Asamblea, donde el Partido Popular tiene mayoría, no admitió dichas enmiendas.
En un primer momento, la formación liderada en Madrid por Rocío Monasterio aseguró que se abstendrían por no tener el mismo sentido de voto que los partidos de la izquierda. Sin embargo, sólo una semana después la Dirección Nacional de Vox anunció que votarían en contra de los presupuestos de Ayuso. El argumento dado para ese cambio de opinión fue que el PP había secuestrado sus enmiendas y que se aliaba con la izquierda.
Esta semana, Isabel Díaz Ayuso anunció que buscaría todas las fórmulas que fueran necesarias para incorporar el contenido de esas enmiendas a lo largo de 2023. No obstante, la formación de extrema derecha no se fiaba de las promesas de la presidenta madrileña.
Por eso mismo, ayer por la mañana, tanto la Dirección Nacional de Vox como la propia Rocío Monasterio afirmaron que podrían cambiar su postura de tumbar los presupuestos si existía un acuerdo político en el que incluían elementos que estaban fuera de las enmiendas como, por ejemplo, la derogación de la Ley Trans autonómica. Ayuso se negó, Vox ha cumplido con su amenaza y le ha tumbado los presupuestos.
