Las grandes fortunas continúan evadiendo capitales en plena crisis del Covid19

En estos días de crisis sanitaria, las grandes fortunas han hecho una gran operación de lavado de imagen a través de sus donaciones para la compra de material de protección para el personal sanitario. Tal y como afirmó Manuel Domínguez Moreno, esas donaciones serían éticamente válidas si nadie hubiera sabido ni cuánto ni quién lo había hecho y, sobre todo, como publicamos en Diario16, si esos donativos no son utilizados al año que viene como elemento de desgravación fiscal.

Sin embargo, las donaciones de los más ricos no son más que una operación de marketing, un lavado de imagen para intentar aumentar sus niveles de popularidad entre el pueblo. La verdadera solidaridad y responsabilidad para con la sociedad pasa por el pago de los impuestos que les corresponden y no, desde luego, por protagonizar una fuga de capitales hacia otros países.

El artículo 128 de la Constitución afirma que «Toda la riqueza del país en sus distintas formas y sea cual fuere su titularidad está subordinada al interés general», y en su segundo punto que «Se reconoce la iniciativa pública en la actividad económica. Mediante ley se podrá reservar al sector público recursos o servicios esenciales, especialmente en caso de monopolio y asimismo acordar la intervención de empresas cuando así lo exigiere el interés general».

El interés general, en la actualidad, no está sólo en contener la pandemia hasta que los investigadores hayan encontrado una cura o una vacuna, sino en el día después, en el momento de la reconstrucción, del pacto político, del «arrimar el hombro» como gesto de patriotismo.

Sin embargo, ese amor a la patria de las grandes fortunas pasa sólo por el balance final de sus cuentas corrientes y en cuento creen que sus privilegios monetarios están amenazados, aunque esa amenaza sea infundada o generada por intereses políticos, se olvidan del bien común, como siempre han hecho. Si el pueblo sufre, no pasa nada mientras ellos tengan las herramientas para salvar su bandera color «verde dólar».

Además, desde los poderes económicos y financieros se está utilizando esta fuga de capitales para atacar al Gobierno y, más en concreto, al vicepresidente Pablo Iglesias. El diario El Economista ha publicado que las grandes fortunas están ya tratando con los bancos para mover su dinero hacia otros países porque tienen miedo de que se socialicen ahorros.

Hay bancos el Santander que, a través de su negocio de banca privada, tiene presencia en Suiza. Otros, como Bankinter o Banca March, cuentan con filiales en Luxemburgo, el país desde donde, por ejemplo, se envía dinero a España procedente de la corrupción de PDVSA. En la información de El Economista citan fuentes de una de estas entidades que afirman que sus grandes clientes les da tranquilidad saber que tienen presencia fuera de España como opción en el caso de que se aplicara un artículo de la Constitución por el bien común de la ciudadanía.

Por tanto, todo indica que la banca ya lo tiene todo preparado, cuando no hayan actuado ya, para provocar una fuga masiva de capitales en el caso de que se adopten medidas de socialización de la recuperación. Las grandes fortunas basan su solidaridad en la limosna no en el «arrimar el hombro». Por eso son ricos, por eso la filantropía o la solidaridad no está en su vocabulario porque en este caso no podrían hacer publicidad ni campañas de blanqueo de imagen.

El pacto de gobierno ya provocó la salida de capitales a Portugal

También fue El Economista quien informó de que los asesores fiscales recibieron una avalancha de peticiones por parte de los millonarios de este país para trasladar su residencia a Portugal y, de este modo, no pagar impuestos en España tras el anuncio del pacto de gobierno entre el PSOE y Unidas Podemos.

Ante el hecho consumado de la formación de un Ejecutivo que base su acción de gobierno en la justicia social y, por tanto, también la fiscal, la presión sobre Pedro Sánchez de estas élites se está centran en el apartado económico, donde esta clase dominante tiene como aliada y defensora de sus intereses en la actual vicepresidenta tercera y ministra de Economía Nadia Calviño.

Proporcionalmente, los millonarios españoles pagan menos impuestos que las clases medias y trabajadoras. Las cifras actuales de fraude y elusión fiscal de las grandes fortunas y de las grandes empresas en España se calcula que está por encima de los 60.000 millones de euros al año. Por otro lado, las exenciones fiscales de las grandes corporaciones en España consiguen que, mientras una Pyme está pagando casi un 20%, aquéllas sólo contribuyan al Estado con apenas un 7%, según datos publicados por la Agencia Tributaria. Por tanto, entre unas cosas y otras los millonarios y las élites empresariales, económicas y financieras, dejan de pagar más de 120.000 millones de euros, un dinero que es fundamental para el sostenimiento del estado del bienestar o para que desde la Administración se pueda invertir en políticas activas de empleo efectivas que generen riqueza.

El patriotismo, como el movimiento, se demuestra andando. Una tela de colores no le hace a nadie más patriota. Son los hechos y esta fuga de capitales provocada por el miedo generada por un falso «hachazo fiscal» o por la aplicación de la Constitución sí que debería ser calificado como rebelión porque se trata de una verdadera traición al pueblo.