Según todos los principios esenciales (los de la Naturaleza o esos de cómo funciona físicamente todo el mundo real), todo muere.
¡No hay más vueltas!… o no es preciso aquí ninguna truculenta vuelta: Todos morirán algún día; pero mejor hacerlo sin haber engañado a la dignidad de los demás, sin haber explotado a un pobre niño directa o indirectamente, sin haber ninguneado a algún valor ético, sin haber recibido miserablemente un excusado beneficio a costa de sacrificar la decencia, sin haber ninguneado el esfuerzo del que aporta esencialidad imprescindible-indetestable, sin haber borrado las lágrimas a un mendigo siquiera, sin haber desviado a un río hacia el desierto, sin haber tapado la humilde esperanza a la misma humanidad, sin haber robado las informaciones de muy precisa relevancia, sin haber desprotegido a la libertad de algún pueblo, sin haber derrotado-matado “con el no darle agua” a alguien, ¡exacto!, sin haber utilizado la cultura para callar, sin haber obedecido demasiado a los miedos, ¡oh!, pero sin tener esos tantos cuentos o mentiras organizadas, sin haber llegado a todo para ti o para lo mismo, sin SIN HABER IMPEDIDO A LA VERDAD.
Una vida, en el fondo, tiene sentido por lo que ha evitado de indignidades o de no-vidas tal vida, entonces tiene sentido para amar a lo que ha dejado después de morir.
Una comunicación hilazada de informaciones tiene sentido si se ha entregado al camino más racional por dar tales informaciones relevantes, veraces y prudentes a la sociedad.
Una política (ya que lo político no es menos preocupante-importante para un contexto humano) tiene sentido si reconocen tantos “charlatanes” de una vez que hay que ATENDER a todas las necesidades primeras o dignas de cada ciudadano.
Todos morirán o… ¡todo en su parcial finalidad universal!; pero mejor hacerlo sin haber rastrera o inhumanamente desprotegido al que aporta luz-bien al mundo, o dicho más clarísimo: al que aporta base de bien o razón al mundo.
Morirán todos los que se niegan a acordar caminos para España, todos los que escupen con tantos descuidos a los que sufren sin recursos de supervivencia, todos los informadores de conveniencias, todos los seudomúsicos del mal ruido o todos los que CON SUS PALABRAS aún no han conseguido asquerosamente una digna verdad (de ésas dignas verdades, únicas o no interesadas que salen del demostrar razón indesmontable).
En fin, morirán los que utilizan la cultura solo para sus intereses, los que utilizan las religiones para dejar menos libres a los pueblos, los que saben quitar socialmente los sagrados espacios a la razón para poner sus entretenimientos (¿de qué?, que lo digan equilibradamente), los que utilizan el amor para apalear a sus esposas, los que utilizan la “imagen” siempre para desalmar, ¡oh malditos!, los que utilizan la sabiduría solo para sus caras duras.
Morirán los que no quieren al Sol ni a la lluvia ni al Amazonas ni a la vida ni al mejoramiento de una civilización ni de una palabra (algunos no quisieron… ¡nada!).
Sí, es lógico, la muerte llegará para todos, pero mejor que sea sin haber traicionado a una humanizada vida, siempre conforme a una iluminación de vida, y nunca de mentiras.
Mejor que sea sin “ventas” (que es mejor), mejor que sea sin que se venda la esperanza a la cobardía, sin que se vendan los grandes valores de luz a las pillas corrupciones, sin que se venda el natural-limpio sentimiento a la vil imagen o a la apariencia.
Benditamente así es.
Todos morirán, pronto.
Incluso esos que impiden a sangre fría el bien.
Lo mismo digo,aqui no se salva ni el tato,espero tener suerte y poder ver ir por delante a toda la banda de ladrones delBanco Popular donde ROBARON a mas de 1200.000 españoles.Bueno a todos no creo, por la edad que tengo pero con unos cuantos me conformaria,ya que que en este pais no hay ni constitucion ( porque nadie la cumple ),ni gobierno,ni corona que no miran por sus ciudadanos,solo hay corrupcion al mas alto nivel.Viva españa, Viva franco.