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Un “Chuletón” en su punto es imbatible

Manel Mas
Manel Mas
Estudié contabilidad y economía, fui perito y profesor mercantil, ejercí de profesor en Alesco (Altos Estudios Comerciales) en Barcelona dando clases de contabilidad, cálculo y derecho mercantil.
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análisis

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El ministro de Consumo, Alberto Garzón, ha pedido reducir el consumo de carne en España, el país de la Unión Europea que más carne consume según datos de la FAO, ha apuntado el político en un video que ha colgado en su cuenta.

Garzón había recordado que en España se consumen 90 kilos de carne de media por persona en el año, cerca de 2 kilos en la semana, lo cual representa cuatro veces la cantidad máxima recomendada por la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN)

Ante la polémica suscitada sobre la necesidad de reducir el consumo de carne, como avala la ciencia, resulta del todo irresponsable que un presidente de Gobierno –que, además, presume de combatir la emergencia climática– responda ante la pregunta que «un chuletón al punto es imbatible».

Celebro el paso que ha dado el Ministerio de Consumo al darnos esta información, pero es necesario pasar de las palabras a los hechos. A causa del alboroto que sus palabras han causado, en especial en las ganaderías e industrias cárnicas, he querido informarme que hay de cierto en toda esta polémica.

La OMS hace tiempo que alerta de los problemas de la producción industrial de carne y otros derivados animales y de su consumo excesivo, en particular en España, puesto que encabeza el consumo en Europa: cada persona consume unos 275 gramos de carne en el día, cuando la recomendación para una dieta sana y sostenible indica un máximo de 300 gramos/semana.

¿Qué problemas puede causar un exceso de consumo cárnico a escala mundial?

A escala global, la ganadería es responsable de la emisión del 14,5% de los gases de efecto invernadero, tanto como todos los coches, camiones, trenes, barcos y aviones juntos. No podemos frenar el calentamiento global si no cambiamos la manera de producir y consumir carne y otros derivados animales.

La OMS ha clasificado a la carne procesada como carcinógena para los humanos y la carne roja como probablemente carcinógena. Además, el consumo excesivo de carne y derivados, en combinación con otros factores como la falta de ejercicio físico, contribuye a deteriorar nuestra salud, generando sobrepeso, obesidad y enfermedades cardiovasculares.

De otro lado, el uso masivo de antibióticos en la ganadería industrial contribuye muy significativamente a desarrollar la resistencia a estos medicamentos. Según la OMS, la resistencia a antibióticos podría provocar más muertos que el cáncer en 2050. España es el país de Europa que más los utiliza en este sector.

Cerca del 75% de la superficie agrícola está destinada a la ganadería, tanto en forma de pastos como para producir piensos. Si no paramos la expansión de la ganadería industrial, no conseguiremos salvar los bosques y frenar la pérdida de biodiversidad. Estamos transformando la Amazonia en filetes baratos: el 80% de la deforestación se atribuye a la actividad ganadera.

Menguando la biodiversidad Alrededor del 80% de todas las especies de mamíferos terrestres y de pájaros amenazados se encuentran en peligro por la pérdida del hábitat como resultado de la actividad agrícola. Además, los monocultivos para la producción de piensos son altamente demandantes de fertilizantes y plaguicidas sintéticos, una amenaza directa para muchas especies, como las abejas y otras polinizadoras.

Purines, antibióticos, fertilizantes y plaguicidas contaminan los acuíferos llegando a provocar «zonas muertas» en los océanos. Además, la ganadería demanda altas cantidades de agua. Por ejemplo, para producir 1 kg de filete de ternera son necesarios 15.000 litros de agua, mientras que para producir 1 kg de trigo hacen falta 1.300 litros o 131 para 1 kg de zanahorias.

Para los admiradores de Aznar y no queriendo decepcionarlos, les recordaré también una salida suya, ya hace tiempo, pero en su caso era sobre el vino, buen compañero de la carne, a quién dedicó su comentario.

Muy probablemente el ministro Garzón no pretendía atacar a nadie que se gane la vida tratando con la carne, pero creo que ha hecho bien en decir lo que ha dicho. A última hora un nutricionista también nos aconsejaría reducir el consumo de carne si es elevado por el bien de nuestra salud. Aun así, la salida de Sánchez en este momento estaba fuera de lugar.

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