Un jurado popular será el que juzgue a José Enrique Abuín Gey, más conocido como “el Chicle” por el presunto delito de asesinato y violación de Diana Quer. José Enrique se encuentra en prisión preventiva desde hace cuatro meses,y volverá este viernes al Juzgado de Instrucción número 1 de Ribeira (A Coruña) donde se le informará de la decisión que ha tomado el juez instructor del caso.
Este mismo Juzgado de Instrucción de Ribeira es que el ha dictado un auto en el que se indica que de las diligencias de instrucción practicadas, y sin perjuicio de la calificación que hagan las partes, se desprende que los hechos investigados resultarían constitutivos de delitos de homicidio o asesinato, detención ilegal y contra la libertad sexual y que hay «motivos suficientes» para imputar esos delitos a José Enrique Abuín.
Así lo ha entendido el juez instructor del caso, Félix Isaac Alonso. Aunque el resto de ilícitos investigados, los de detención ilegal y contra la libertad sexual, no son de competencia exclusiva del jurado, el juez considera que «resultan conexos a aquel determinante de la competencia». La decisión de incluir el delito contra la libertad sexual en la calificación de los hechos abre la puerta a que al Chicle se le aplique la prisión permanente revisable, una de las luchas en las que sigue participando los padres de Diana Quer.
El magistrado instructor de la causa sostiene que que debe tenerse en cuenta que, conforme a lo dispuesto en el artículo 1.2º a) de la LO 5/1995 del Tribunal del Jurado, «éste resulta competente» para el conocimiento y fallo de las causas por los delitos de homicidio tipificados en los artículos 138 a 140 del Código Penal y aunque el resto de delitos investigados, presuntamente constitutivos de delitos de detención ilegal y contra la libertad sexual, no son de competencia exclusiva del Tribunal del Jurado, deben juzgarse también según esa ley porque «resultan conexos a aquel determinante de la competencia».
De ahora en adelante y hasta el momento del juicio, el proceso más complejo va a ser elegir a los miembros que formarán el jurado que juzgará a “el Chicle”, dado que se tendrá que probar que ninguno de los participantes en el proceso, que ha sido cubierto ampliamente por la prensa y está reciente en la memoria pública, están condicionados a la hora de emitir su veredicto.
