Ser triunfito y haber contado con un marketing brutal tampoco sirve para ganar Eurovisión. Al menos a España, que vuelve a quedar entre los últimos puestos con una balada que se saben de memoria en nuestro país los niños y adolescentes de cuatro a 18 años. Nuevo fracaso que debería obligarnos a hacérnoslo mirar.
Israel ha ganado el festival de Eurovisión 2018 con 529 puntos después de una disputada final con Chipre y Austria. España se tiene que conformar con el puesto 23 y solo 61 puntos para la actuación de Amaia y Alfred en Lisboa. Israel ha cumplido con los pronósticos y ha conseguido su cuarta victoria con Netta Barzilai. Chipre ha conseguido su mejor resultado de la historia con un segundo puesto gracias a Fuego de Eleni Foureira.
Las reacciones no hicieron esperar y los propios representantes españoles se sinceraron nada más finalizar el Festival a los micrófonos de RTVE: “El puesto es un poco mierda, pero no pasa nada”. Con estas naturales palabras Amaia confesaba que quedar cuartos por la cola no era un buen resultado, pese a que ambos se mostraron satisfechos con su actuación.
La ganadora de Eurovisión 2018 hizo una parodia y un canto por los diferentes. Buen mensaje para una canción que tampoco dio la talla.
La canción que nos representaba me pareció la más sensata, agradable y escuchable de toda la porquería que nos dieron ayer.
Bravo por la parejita