La crisis fronteriza entre República Dominicana y Haití provocada por la construcción ilegal de un canal para desviar el curso del río Masacre ha mostrado el patriotismo impostado de la oposición liderada por Leonel Fernández.
En su encuentro semanal con los medios de comunicación, el presidente Luis Abinader fue contundente en este asunto al afirmar que la posición de todos los partidos de oposición y sus dirigentes debiera ser igual y en defensa de la nación. «Debiera haber una posición nacional y unificada con lo que más le conviene al país», señaló Abinader.
El presidente volvió a hacer un llamamiento a las formaciones y a los líderes de la oposición porque en un asunto de Estado lo que se espera de todos los partidos políticos de un país en un escenario de crisis es que muestren unidad y, una vez finalizada dicha crisis, entonces llega el momento del análisis o la censura a las decisiones adoptadas por el poder.
Sin embargo, en República Dominicana está sucediendo lo contrario y, empezando por Leonel Fernández, al que siguen el resto de líderes minoritarios, se está utilizando la crisis como elemento de ataque al gobierno. Abinader, como buen estadista, ha tendido la mano a estos partidos para reunirse porque «ellos pueden seguir con su ´postura´, pero en el tema haitiano debiéramos de estar de acuerdo», afirmó el presidente.
República Dominicana no busca el conflicto
Luis Abinader fue muy claro, en contra de lo que afirmó Leonel Fernández, de que las medidas adoptadas por República Dominicana no buscan un conflicto con Haití, sino la defensa de la soberanía nacional ante los actos ilegales que se están produciendo al otro lado de la frontera.
El presidente señaló que siempre se ha querido tener buenas relaciones con Haití, pero que ante los hechos que actualmente suceden en el río Masacre, «no ha quedado otra alternativa que actuar y mantener la seguridad nacional. Nosotros ni buscamos ni queremos este conflicto, pero se nos ha presentado y hemos tenido que actuar. Estamos actuando para defender el interés nacional».
Además, desmintió categóricamente que las medidas adoptadas se hicieran por sorpresa y sin avisar a nadie. «Nosotros lo que pensamos es, en un país que ha sido tan solidario con Haití, éste debería tener otro comportamiento, otra forma de actuar de su gente y de su país. Desde que tomamos estas medidas, que muchos dicen que fueron medidas sin avisar, nosotros primero avisamos hace unas tres semanas cuando empezaron el canal y dijimos que íbamos a tener que tomar medidas», señaló el presidente dominicano.
Flexibilización de algunas medidas
Abinader señaló que podría tener en mente una flexibilización de las medidas adoptadas contra Haití en el momento en que el canal de La Vigía empiece a tomar agua desde el río que marca la división terrestre de ambas naciones.
«Después de tener en funcionamiento de manera urgente este canal de La Vigía, en dos o tres semanas, salvando el caudal del río, nosotros veríamos la posibilidad de flexibilizar algunas de las medidas. Yo sí les voy a decir desde ahora, la frontera dominicana nunca va a ser la misma. Nunca va a ser la misma a partir de estos hechos y también de situaciones que van a venir en ese país».
Diálogo abierto
Abinader demostró que es un jefe de Estado moderno, que valora la importancia de la resolución de los problemas a través del diálogo, el consenso y el arreglo y, por esta razón, no dudó en reconocer que su gobierno está abierto a un diálogo con Haití para tratar el tema de la construcción del canal que pretende desviar el caudal del río Masacre. Eso sí, el diálogo se debe iniciar cuando el escenario de hechos consumados desaparezca, esto es, en el momento en que Haití abandone la construcción del canal ilegal.
«Estamos abiertos siempre al diálogo para ver cómo se reparte el agua de manera equitativa», insistió Abinader.
Se puede saber tanto interés en este señor.