De Socialismo y Amnistía ya hemos hablado mucho; de traición no tanto. Toca aclarar conceptos por el uso espurio y torticero que de ellos se está haciendo en los últimos días, y en lo cual se seguirá abundando con el objetivo, no de mejorar la sociedad, sino de tratar de desgastar el proyecto progresista en España y recuperar la Derecha el poder lo más rápido posible. Se trata de una estrategia (difama que algo queda…) muy conocida, y que los “amantes de España” usan sin pudor y sin importarle el daño que puedan hacerle a esa misma “España” —hay amores que matan—.
Por orden, aclararemos algo sobre Socialismo. En una tertulia en la que participaba el compañero José Luis Ábalos había una diputada del PP por León, de cuyo nombre no logro acordarme ahora, probablemente jurista, que parecía saber mucho y entender poco. José Luis, avasallado por todos los demás contertulios que le interpelaban primero e interrumpían después en su intento de respuesta, no pudo decirle a esta señora un par de cosas que yo sí le diré ahora. Esta señora elevó una queja similar a la de Alberto Ruiz Gallardón cuando, pretendiendo criticar al Psoe, dijo algo así como “… la Izquierda siempre ha estado, en la Historia, con los que sufren, con los más necesitados, contra la injusticia social, a favor de la Libertad …” etc., con el pretendido objetivo de afearle al Psoe una determinada política de ese momento. De igual modo, esta diputada del PP aludió a José Luis afeándole si esta decisión de la Amnistía era defensa de la Libertad, la Justicia Social, y la Igualdad de Oportunidades. Lo primero es agradecer la identificación de todos estos principios políticos y morales con el Psoe, algo que a todos los socialistas nos llena de orgullo. Lo segundo es mostrar nuestra satisfacción porque después de todos estos años de batalla política parece ser que por fin en el PP han aprendido cuál es la razón de ser del Psoe. Y lo tercero es hacer una pregunta: asumido, por parte de la Derecha, que la Izquierda siempre ha estado en la Historia con los más necesitados, contra las injusticias sociales, y contra la desigualdad, ¿se puede saber dónde ha estado la Derecha, en la Historia? ¿A favor de quién ha estado la Derecha en la Historia? Y asumido por el PP que el Psoe está en la defensa de la Libertad, la Justicia Social, y la Igualdad de Oportunidades, ¿dónde cojones está el PP? ¿qué oscuros intereses son los que defiende? Estas son las cuestiones que el compañero José Luis no planteó, y que planteo yo ahora, a ver si algún porompopepero me las responde.
Sobre la Amnistía. Todos los gobiernos del mundo, en la Historia, se han reservado el derecho, el poder de la gracia, el poder de perdonar ¿Por qué? Porque es un poder inmenso con el que mercadear para obtener más poder. Es un poder que permite ejercer dominio sobre la población. Así de simple. Todos los gobiernos de la España reciente han usado los indultos, o las amnistías. Quien más indultó fue José María Aznar, que ahora se rasga las vestiduras, y no olvidemos la infame amnistía fiscal de Rajoy para favorecer a sus amigos en detrimento de los intereses del resto de los españoles y españolas a los que se estaba robando. Yo les pregunto, no a quién beneficia esta amnistía, sino a quién perjudica. A quién perjudica que un conserje no pierda su empleo por haber abierto un colegio en domingo… A quién perjudica que un policía no pierda su empleo por haber desobedecido una orden de desalojo… A quién perjudica que un zagal de 18 años, que no sabe en qué lado de la cama mearse, no vea destrozada su vida con un ingreso en prisión por haber quemado un contenedor, o tirado petardos a la policía… ¿Acaso no es cristiano perdonar? Porque a mí, al igual que a la inmensa mayoría de los españoles y españolas sí que nos perjudicó la amnistía fiscal de Rajoy, o la condonación de 60.000 mil millones de euros a los bancos. Y he perdonado. Hemos perdonado. Aunque no hemos olvidado.
Habría que preguntarse si merece la pena gobernar a cambio de esta amnistía, a cambio de este cabreo por parte de la sedición. La respuesta es sí. Y si no que se lo digan a los andaluces, madrileños, extremeños, o castellanoleoneses que están viendo mermados sus derechos laborales, o sus prestaciones en Sanidad, Educación, Dependencia o Violencia de Género. Por no hablar de cuestiones “sin importancia” como la Memoria Histórica, o el Pin Parental.
Por último, hablaremos del concepto de “Traición”. El concepto de Traición se asocia al de Patria. Para los de la banderita, la Patria es la bandera y el territorio. La bandera es un símbolo, nada más, y el territorio, un espacio. Por supuesto que el territorio es importante, pero no deja de ser un espacio donde viven las personas. Éstas son la auténtica Patria. Las personas, y las leyes que deciden cumplir. Juntas, personas, leyes, y territorio, conforman la Patria. Cuando a ello se le suman cuestiones culturales, históricas, y de convivencia, tenemos una Nación. Y con el reconocimiento internacional y la capacidad de llegar a acuerdos con otros países, tenemos un Estado. Pero la Patria, antes que nada, son las personas y sus leyes. Por eso una embajada de España, es España. Por eso un grupo de españoles que naufragara en una isla desierta y decidiera regirse por las leyes de España, sería España. Personas y leyes. El territorio es importante, pero no tanto como lo anterior. Ahora bien, ¿son patriotas los de la banderita y el territorio que atacan los derechos de sus compatriotas degradando su calidad de vida y disminuyendo sus oportunidades? ¿Son patriotas los que, como dijo el poeta, se suben “a caballo” del dolor y del hambre de sus compatriotas? ¿Son patriotas los que querían fusilar a 26 millones de compatriotas? ¿Son patriotas los que apedrean policías españoles al grito de “viva España”? ¿Son patriotas? Sí, pero patriotas de mierda, porque cuando traicionan a sus conciudadanos restringiendo sus derechos, sus libertades y su modo de vida, traicionan a España. Un saludo a todo el mundo.
P.D.: No se me ha olvidado. Yo soy de los que piensan que Puigdemont debería volver a España de la misma manera en la que salió: en el maletero de un coche. Que una cosa no quita la otra.
