Pobreza sistémica en España, la consecuencia más cruel de la incapacidad de Sánchez

La incapacidad crónica del gobierno Sánchez de generar prosperidad real para las familias españolas se demuestra tanto en los datos oficiales como en las cifras que manejan las oenegés que trabajan diariamente con los más vulnerables

27 de Diciembre de 2024
Actualizado el 30 de diciembre
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Pobreza españa sanchez
Personas buscando comida en los contenedores de basura | Foto: Pixabay

La pobreza se está agudizando en la España de Pedro Sánchez. Más allá de la propaganda, de la mirada sesgada de los sectores de la izquierda que sólo califican como real lo que afirman desde los argumentarios monclovitas y sanchistas, la realidad es que el escenario es crítico para las familias de clase media y trabajadora.

Desde que gobierna Pedro Sánchez, a pesar de los avances macroeconómicos y de la mejora de unos pocos indicadores de bienestar, una parte cada vez más significativa de la población española continúa viviendo en condiciones muy precarias. Gracias a la ineficacia de las políticas de Sánchez, en España los trabajadores no viven, sólo sobreviven.

Datos oficiales, el enemigo de la propaganda sanchista

Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), la tasa de pobreza en España ha sido una constante preocupación desde que gobierna Pedro Sánchez. Mientras que en el último año de gobierno de Mariano Rajoy, la tasa de pobreza se situaba en un 21,6%. En 2023, esa cifra se incrementó 6 puntos. Una barbaridad. Un 27,6% de la población española vive en riesgo de pobreza o exclusión social, lo que equivale a más de 13 millones de personas. Esta cifra se mantiene relativamente estable desde años anteriores, reflejando una clara desigualdad económica a pesar de la supuesta recuperación económica y de que España, según los organismos económicos internacionales, es uno de los países con mayor crecimiento, un fenómeno que no se está trasladando a la economía real.

Los datos oficiales del INE también muestran que las personas más vulnerables a la pobreza son aquellas en situación de desempleo (España es potencia europea en destrucción de empleo), los hogares monoparentales, los hogares con niños y las personas mayores. A nivel regional, las comunidades autónomas con mayores tasas de pobreza son las del sur, como Extremadura, Andalucía y Canarias, con tasas de pobreza que superan el 30%, mientras que las regiones más prósperas, como Madrid o el País Vasco, presentan tasas más bajas, aunque no son ajenas a la pobreza relativa, por más que la propaganda del gobierno PNV-PSOE y de Isabel Díaz Ayuso pretendan ocultar estas cifras.

Por otro lado, mientras el gobierno de Sánchez afirma que los salarios están subiendo, son los propios datos oficiales los que desmienten esa afirmación. Puede ser que a nivel absoluto así sea, sobre todo por el incremento del salario mínimo interprofesional, pero la parcialidad de los contratos, con un mayor incremento de las jornadas parciales, hace que la pobreza se esté sistematizando en la España de Pedro Sánchez.

Según Eurostat, el umbral de la pobreza en España se define como el 60% de la mediana de los ingresos nacionales. En 2023, este umbral se situó en torno a los 9.000 euros anuales para una persona sola y 18.000 euros para un hogar de cuatro miembros. 13 millones de personas viven bajo ese umbral en la España de Sánchez. Además, en los últimos años, un porcentaje importante de la población se encuentra en lo que se conoce como pobreza «en intensidad», es decir, aquellos hogares cuyo ingreso está muy por debajo del umbral de pobreza. ¿Esto es causa del triunfalismo sanchista? Evidentemente, no debería ser así, pero lo es, como sucede en todos los regímenes autocráticos.

Las ONG, una visión más real sin propaganda

Más allá de los datos oficiales, que son malos de por sí, las oenegés en la España de Pedro Sánchez tienen una visión más amplia de la pobreza, que abarca no solo el acceso limitado a recursos económicos, sino también la exclusión social, la falta de acceso a servicios básicos, la precariedad laboral y la invisibilidad de ciertas comunidades.

La Red Europea contra la Pobreza y la Exclusión Social (EAPN), una de las principales organizaciones que agrupa a las oenegés españolas, asegura que la pobreza en España es estructural y afecta especialmente a colectivos vulnerables, como inmigrantes, personas con discapacidad, y jóvenes.

Según los distintos estudios realizados por EAPN, la pobreza no solo está relacionada con los ingresos, sino también con el acceso a servicios de salud, educación y vivienda digna. En 2023, la organización reportó que más de 2,5 millones de personas no podían permitirse calefacción adecuada durante el invierno, lo que evidencia una carencia en necesidades básicas, lo que supone un fracaso rotundo de las políticas sociales aprobadas por los distintos gobiernos de Sánchez.

Desigualdad económica y precariedad laboral

La precariedad laboral es uno de los factores que perpetúa la pobreza en España. Según un informe de Cáritas, uno de los actores más relevantes en la lucha contra la pobreza, el 70% de los pobres trabajaban, lo que significa que tener un empleo no garantiza salir de la pobreza. El fenómeno del trabajo precario, los contratos temporales y el salario mínimo insuficiente son elementos que perpetúan la desigualdad. De estos asuntos, que se reflejan también en las estadísticas oficiales, Sánchez no habla. Prefiere quedarse con la propaganda del crecimiento macroeconómico.

Además, la propia Comisión Europea ha alertado a España de que las políticas públicas no están logrando reducir las tasas de pobreza de manera efectiva. A pesar de las reformas sociales y los programas de ayudas, la distribución de la riqueza sigue siendo desigual, y la pobreza sigue afectando a un porcentaje significativo de la población. Uno de los datos más escalofriantes, del que tampoco habla Pedro Sánchez, es que el 25% de los hogares vive con menos de 1.000 euros al mes, lo que pone de manifiesto el fracaso de un gobierno que sólo vive de la propaganda y la manipulación de los datos.

Pobreza infantil

Uno de los aspectos más alarmantes de la pobreza en España es la pobreza infantil. Según la Fundación FOESSA (Fomento de Estudios Sociales y de Sociología Aplicada), el 33,4% de los niños y niñas en España viven en hogares con una situación de pobreza. Esta cifra coloca a España en uno de los primeros lugares de la Unión Europea en cuanto a pobreza infantil, tal y como ha señalado la Comisión en su último informe al colocar a la España de Sánchez en situación crítica.

La pobreza infantil no solo se mide por los ingresos, sino también por la falta de acceso a oportunidades educativas, la nutrición adecuada y la exclusión social. La pobreza intergeneracional es una realidad cada vez más preocupante, ya que los niños que crecen en situaciones de pobreza tienen menos posibilidades de romper el ciclo y acceder a una vida mejor.

Respuesta muy insuficiente

Es cierto, y eso es innegable, que los distintos gobiernos de Sánchez han implementado políticas de carácter social. Sin embargo, se han quedado en el titular fácil y se ha demostrado una ineficacia que está teniendo consecuencias muy crueles para la ciudadanía. Se ha creado el Ingreso Mínimo Vital o se ha subido el salario mínimo. Pero, además de los gravísimos problemas en la gestión del IMV, lo cierto es que Sánchez es un fracasado en lo que a la lucha contra la pobreza respecta.

El futuro de la pobreza en España dependerá de la capacidad del país para implementar políticas públicas más inclusivas, fortalecer la protección social y reducir las desigualdades estructurales que aún limitan el bienestar de millones de ciudadanos. Sánchez ya ha demostrado que es incapaz, un fracasado rodeado de triunfalismo de palmero que en nada se diferencia de lo que sucede en Corea del Norte donde el que no aplaude, ya sabe el camino que le espera.

 

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