Nunca deja de asombrarme la picaresca de este país, para que los avispados, gorrones y caraduras se hagan con lo que no les pertenece, sin importarles lo que piensan los demás e incluso sintiéndose orgullosos de su hazaña.
Ahora, le ha tocado el turno a vacunarse antes que los demás, sin que sea su turno, pero aprovechándose de su cargo o de que pueden hacerlo con total impunidad. Hace unas semanas, nos despertamos con la noticia de que en una residencia de Madrid, habían vacunado a curas, y familiares de residentes; y no sólo no han pedido disculpas, si no que seguro que se les ha puesto la segunda dosis.
En estas dos últimas semanas, nos enteramos que políticos de diferentes partidos, aprovechándose de su cargo han hecho lo mismo, y hemos tenido que escuchar una serie de explicaciones peregrinas en el mejor de los casos, que sólo ha puesto de manifiesto, lo jetas, caraduras, sinvergüenzas de estos individuos. No quiero entrar en la celeridad de unos partidos para echarlos de dicho partido o no. Sino por qué no se estudia mejor a los afiliados que van a ocupar cargos públicos, por parte de sus partidos. Así no tendrían que que ver abochornados, que sus cargos políticos sean unos auténticos caraduras, aprovechados, e indignos de estar en ningún cargo, ni partido político.
Yo como socialista, me siento, indignada, enfadada de la catadura moral de dichos políticos, que hayan compartido conmigo las mismas siglas sólo me avergüenza y me alegra la celeridad con la que se les ha expulsado del partido, ya que en la mayor parte de los casos, no han querido dimitir, y desde los partidos políticos, no se les puede obligar. Algo que se debería obligar por ley, siempre que quede de manifiesto que no representan al partido que les ha elegido para encabezar sus listas.Yo desde luego, a estos caraduras, y aunque se pierda la primera dosis, no les ponía la segunda dosis. Les pondría la vacuna al final, cuando todos los españoles estemos vacunados, entonces les vacunaría a ellos, les daría un castigo ejemplar
