Nadia Calviño lo ha vuelto a hacer. Mientras los tribunales condenan a entidades bancarias y a empresas de financiación por la estafa de las tarjetas revolving, el Ministerio de Asuntos Económicos ha publicado en el Boletín Oficial del Estado una Orden que, en principio, regulará el mercado de este tipo de tarjetas. Sorprendentemente, esta regulación no contempla sanciones para las entidades que fallen en la evaluación de solvencia de los clientes, como sí sucede en países de nuestro entorno. Economía ha perdido nuevamente una oportunidad de frenar los abusos de la banca, la comercialización de productos tóxicos y podría haber ido mucho más allá limitando la posibilidad de conceder un préstamo sólo a aquellos usuarios cuya solvencia quede acreditada y prever sanciones para aquellas entidades que concedan préstamo irresponsable. En cambio, no lo ha hecho.

Se trata, por tanto, de un nuevo movimiento de protección a la banca por parte del departamento liderado por uno de los pilares neoliberales que está infiltrado en el Gobierno progresista de coalición.

Además, la regulación se queda corta en frenar la espiral de sobreendeudamiento que generan estas operaciones de crédito revolvente. Si bien parece razonable que se exija a los bancos que el importe anual de las cuotas a pagar por el crédito tenga por objeto amortizar una cuantía mínima del 25% del crédito concedido, esto queda en una mera recomendación.

Patricia Suárez, presidenta de ASUFIN, ha sido contundente al afirmar que con esta regulación «no conseguiremos poner coto a la deuda perpetua que generan estos contratos de crédito y que van claramente en contra de la concesión de crédito responsable que se recomienda desde el Banco de España y desde Europa; se trata de una oportunidad perdida en este sentido».

Casualmente, el departamento de Nadia Calviño ha enviado este salvavidas a la banca en un momento en el que la Justicia europea ha puesto coto a los desmanes del sector financiero español por la comercialización de productos tóxicos y por el cobro a los clientes de gastos que tendrían que haber asumido las propias entidades.

IRPH, Valores Santander, Cláusulas Suelo, Hipotecas Multidivisa, Gastos Hipotecarios, Cláusula de Vencimiento Anticipado son algunos de los frentes que tienen abiertos los bancos españoles y que les puede suponer una factura de más de 150.000 millones de euros. La Justicia, tanto europea como española, han declarado estos productos como tóxicos o que contenían cláusulas abusivas. El nuevo frente que se le abría al sector financiero español era el de las tarjetas revolving y, casualmente, Calviño ha salido en su rescate.

3 COMENTARIOS

  1. Está más ilusionada con el Premio que le dieron desde La Voz de Galicia los periodistas de la corrupción que no sabe ni cómo expresar su sorpresa.

    Ya hay que tener baja la autoestima para recibir un premio de La Voz de Galicia y presumir de él después.

    Pobrecita.

  2. Esta individua es una cancerbera del gran capital y a él le debe su trepa en las organizaciones financieras. Su razón existencial y política de ser es tener a los trabajadores bajo la bota de la gran burguesía a través de leyes y decisiones. Mientras la existencia de unos muchos dependa de la arbitrariedad de unos pocos, que te contraten o no, la libertad es inexistente; el hambre es el mecanismo de sometimiento de las clases trabajadoras para el enriquecimiento de la burguesía.

  3. Esta señora Calviño solo atiende a la voz de su ama Ana B. Siento vergüenza de ser gallego y tener una ministra gallega que no mira por las 300.000 familias que fueron salvajemente robadas por el PP de Rajoy,miles de ellas gallegas .

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