Excelentísimo Señor Alcalde
Celada del Monte, Burgos
Me dirijo a usted, mi querido señor alcalde con el debido respeto que merece ser tratado quien tan alto puesto ocupa.
Fui oficinista de la alcaldía de esta ciudad desde mis veinte años de edad hasta mi retiro al cumplir los setenta años. Desde mi retiro he vivido gracias a la pequeña pensión que me pasa el ayuntamiento que ahora tan bien dirige usted.
Tengo noventa y tres años de edad, soy viudo, no tengo descendientes y vivo solo en la Calle de La Esperanza número 19 de esta ciudad. He llegado a mi senectud adaptándome a las condiciones que gradualmente han ido empeorando. Tengo la pensión mínima que un jubilado de este ayuntamiento puede recibir. Esta pensión no me es suficiente para vivir adecuadamente. No compro ropa nueva desde hace doce años. Me avergüenza decirle que me acuesto y me levanto con hambre.
Le he votado en todas las elecciones. Mi objetivo al escribirle esta carta es pedirle humildemente que haga algo para aliviar la pobre condición de vida de éste humilde servidor que tantos años dedicó al servicio de esta población.
Atentamente,
Me parece maravilloso este relato de Javier Arzola, y que a sus 93 años siga escribiendo. Le doy un aplauso desde aquí.
Ánimo Javier… eres un grande por visibilizar lo que mucha gente sufre.
Mi respeto y admiración a toda esa generación que ha hecho de este un pais maravilloso.
Abrazo inmenso!!!!
Nunca hay que dejar de pedir, incluso humildemente.