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Cuando David Lynch es John Malkovich, o viceversa

La proyección del cortometraje “Psychogenic Fugue” de Sandro Miller y la exposición homónima en el Palacio Pedrero entre los platos fuertes del FICC48.

José An. Montero
José An. Montero
Periodista, geógrafo y trabajador social. No siempre en este orden. Profesor de Didáctica del Medio Social y Cultural en la Universidad de Castilla-La Mancha. Máster en Marketing (UNED), Comunicación Corporativa (UB-Les Heures) y Gestión Cultural (UB-Les Heures). Director del laboratorio creativo MakingUCLM y de la revista cultural Espacies. Comparte historias en Radio Diferencia y en Diálogos en el Iberia. Siempre en el camino.
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análisis

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En este juego de personalidades intercambiables y difusas que encontramos en “Psychogenic Fugue” faltaría añadir a Ángelo Badalamenti, cuya música tiñe de rojo las escaleras de caracol de la Casa Pedreño de Cartagena. Ángelo Balamendi puso sonido a Twin Peaks y en esta exposición John Malkovich pone cara a David Lynch y a sus personajes. David Lynch fuma mientras lo fotografía Sandro Miller. Entonces es cuando los nombres empiezan a cruzarse y a entretejerse en una red neuronal de dimensiones globales. John Miller comparte cara con Sandro Malkovich. Ángelo Lynch nos espera en el salón de baile mientras David Balamendi tras el espejo interpreta Twin Peaks. Baile infinito de rostros que se deforman y mutan. Ojos tras los que está la cara de Malkovich, el pensamiento de Lynch y la mirada de Miller.

Huyendo de la superposición de rostros y seres llegamos a la planta superior, pero por la escalera elíptica de caracol también trepa la música vestida de rojo que nace en el salón de baile. Malkovich abraza un tronco siguiendo las instrucciones de Lynch mientras mira la cámara de Sandro Miller. Malkovich sigue transformándose cada vez que parpadeamos. Ya somos parte de la fuga psicogénica cuando nos sentamos para ver el cortometraje Psycogenic Fugue en un pequeño salón para un único espectador. Malkovich es Frank Booth de Blue Velvet y también el Agente Especial Dale Cooper de Twin Peaks. Hemos olvidado quienes somos y vemos aparecer una nueva vida ante nosotros. No hay memoria. Debemos regresar por nuestros pasos para recuperar la identidad. Quitar las capas que nos han ido dejando las 26 fotografías realizadas por Sandro Miller y cuya impresión sobre aluminio vitrificado o papel de algodón ha dejado de reflejar el exterior.

Exposición “Psychogenic Fugue” de Sandro Miller. Fotos de María Ramos.

Diecisiete John Malkovich y nueve David Lynch. Doce pensamientos de David Lynch a los que Malkovich pone cara, cinco David Lynch con la cara de John Malkovich y nueve David Lynch multiplicados por sí mismo y por nuestra mirada. Psycogenic Fugue. Identidades que se distorsionan mecidas por la música.

Al respirar de nuevo, la sonrisa de bronce de El Icue, un niño de los que deambulaban antaño por el puerto. nos parece aún más inquietante y al volver la mirada vemos que en la fachada del Palacio Pedreño un John Malkovich gigantesco se halla en plena transformación a David Lynch.

Ha comenzado el Festival Internacional de Cine de Cartagena (FICC) que hasta el 30 de noviembre cuenta con un programa de 70 proyecciones y que este año alcanza su 48ª edición. Una edición que cuenta como protagonistas principales a David Lynch, John Malkovich y Sandro Miller.  La proyección del cortometraje “Psychogenic fugue” dirigido por Sandro Miller, la exposición homónima en el Palacio Pedrero y el cartel con una fotografía de John Malkovich transmutado en David Lynch son alguno de los platos fuertes de este FICC48.

Exposición “Psychogenic Fugue” de Sandro Miller. Fotos de María Ramos.
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