En una globalización cada vez más soportable, debido principalmente a la tecnología, toda pauta en toda guerra comercial o política nos vincula de manera cercana y directa, aunque los contendientes de la misma estén separados de nosotros por continentes y océanos. En la actualidad, como ciudadanos, residimos sujetos y abrazados a la tecnología que nos ofrecen, muestran y comercialización las diferentes empresas. No elegimos, en realidad, lo que necesitamos, elegimos dentro de las posibilidades que nos convidan lo que más se acerca a lo que deseamos o lo que más nos gusta. Pero ellos, ineludiblemente, son los que nos obligan a elegir entre sus posibilidades. Posibilidades que, están direccionadas en exclusiva a adquirir datos, datos de usuarios, datos de clientes, que es al fin y al cabo lo que somos. El dato es en la actualidad el elemento más valioso. La gran parte de las diferentes empresas que nos rodean y gestionan nuestras necesidades, utilizan el dato que proporcionan los ciudadanos para elaborar y direccionar el sentido de las propias empresas.
La guerra desatada por Trump va de eso, y no de desacreditar y vetar una marca de móvil creada por los chinos. Con la cercanía del 5G y la carrera por llegar el primero y hacerse con el mayor tesoro de la actualidad, el dato, Huawei ha tomado ventaja en el último tramo de dicha carrera, y puede hacerse durante mucho tiempo con el monopolio o estacionarse como líder de la misma. No es sólo es el rédito monetario que podrán entrar en sus arcas, va sobre todo de los datos que, como consumidores, nos hacen débiles y pueden ser utilizados para complacer nuestras necesidades.
Pero no solo esto tiene preocupado a Trump, “la nueva ruta de la seda china” es otro dolor de cabeza. Una red de infraestructuras por los diferentes continentes que va desde puertos, (con capital de empresas chinas o convenios del gobierno chino), ferrocarriles, oleoductos, gasoductos, urbanizaciones, un plan de ramificaciones geopolíticas y económicas. Y a las que para algunos, se trata de un intento de gobernar o influir notoriamente en el desarrollo del planeta, y para otros, y sobre todo como se ha promocionado, trataría de ayudar a desarrollar regiones olvidadas y lugares apartados.