El hombre que pudo reinar

Hubo una vez, en el reino, un partido llamado PODEMOS (Tal vez alguien se acuerde) que tuvo mucho éxito, tanto que sus partidarios se plantearon tomar el cielo por asalto; pero no contaron con que, tal fulgurante ascenso, representaba una amenaza para los grandes partidos hegemónicos. Sorprendentemente, en su momento de mayor popularidad, los dirigentes podemitas empezaron a hacer tonterías ¡Y se fueron al infierno! Algo parecido le ha ocurrido a los de VOX, que han pasado, de ser las estrellas de las pasadas elecciones, a ser los estrellados.

¿No fue una gran tontería mantener, en la lista, a Steegmann? ¿Cuantos centenares de miles de votos perdieron por eso? Reconozco que incluso yo tuve la tentación de votarles pero ¿Cómo podría haber votado a un tipo pagado por el cartel farmacéutico, a un tipo que incluso me insultó? ¿Feijóo de presidente y Steegmann de ministro de Sanidad? ¡Qué “negacionista” podía tragar ese sapo!

¿No fue una gran tontería despreciar a Alvise Pérez? ¿Cuantos centenares de miles de votos perdieron ahí? ¿De qué tenía miedo Abascal? ¿Temía que Alvise le preguntara por qué aplaudió al actor ucraniano? Seguro que un -Me equivoqué- hubiera bastado para contentar a la parroquia pero, a la vista está, que los dirigentes de VOX, igual que los podemitas, prefirieron tomar decisiones que, lejos de sumar, acabaron restando. Por si no fuera suficiente, INDRA remató la faena. Con los 33 escaños otorgados, VOX ya no puede recurrir al Tribunal Constitucional ni presentar mociones de censura. ¿Cachondeo masónico? Parece que sí.

De repente, las cosas se han puesto muy mal para los de VOX: Si aceptan el resultado electoral pueden estar seguros de que nunca tendrán una posibilidad real de gobernar pues es tanto como aceptar que INDRA parta y reparta; pero si no aceptan el resultado y lo impugnan, les espera una larga travesía por el desierto (Bien vimos lo que le pasó a Trump). Imagina los titulares de los medios subvencionados: “VOX evidencia su fascismo al no respetar lo que han votado los ciudadanos”.

Así las cosas, es de suponer que los de VOX no se lo han pasado muy bien en la “Fiesta de la Democracia” pero ¿Quién se lo pasa bien, a estas alturas? Ni siquiera Feijóo, que tuvo que aguantar que las bases peperas vitorearan a Ayuso. ¡Qué vergüenza! ¿No?!

Al final fallaron todas las encuestas, salvo la de Tezanos, marraron todas las predicciones, salvo la de Zapatero quién, con la mirada perdida en el infinito, auguró que “el PSOE ganaría por sorpresa” y así ha sido. -Dirán de mi que hice trampa y querrán meterme en la cárcel por ello- balbuceaba, mientras, el autócrata, pero si es por nosotros, los “negacionistas”, puede estar tranquilo. No diremos nada porque, para nosotros, las elecciones han resultado, lo mejor que podían resultar. Nuestro empeño era advertir que el sistema es un fraude, y ahora ¿quién lo duda? Solo los corruptos recalcitrantes, pero esos ¿qué van a decir?: Pues -¡Que vuelva Frankenstein y siga la fiesta!-.