La destitución del presidente de la Cámara de los Representantes, McCarthy después de un intenso fin de semana, se ha analizado en la mayoría de los medios de comunicación, sobre todo en los Occidentales «pro OTAN», como consecuencia de las negociaciones tensas relativas a la postergación del «cierre» del gobierno 45 días.
Sin embargo, hay otras lecturas que se han pasado por alto, y tienen que ver con la implicación de la financiación norteamericana en la guerra de Ucrania, que había sido, precisamente, una de las cuestiones causantes de más tensión durante el fin de semana, pero también desde tiempo atrás.
Desde las filas republicanas el rechazo hacia el apoyo económico y armamentístico a Ucrania ha colmado el vaso; y cada vez más, esta sensación está calando entre los demócratas y entre la población estadounidense. McCarthy, de hecho, señaló en una entrevista el pasado fin de semana que su prioridad, a corto plazo, sería la situación que se vive en la frontera sur, en México, donde Estados Unidos debe hacer frente a una situación muy delicada con la inmigración que llega.
McCarthy, sin embargo, ha sido siempre afín a la política exterior de EEUU sobre la guerra en Ucrania. De hecho, se ha planteado que, precisamente, el malestar desde las filas más «radicales» de los republicanos pudiera tener que ver con un supuesto acuerdo al que habrían llegado el presidente de la Cámara de Representantes, y el presidente de los EEUU, Joe Biden, sobre mantener la ayuda a Ucrania, mientras la presión aumentaba entre sus propias filas y, especialmente, entre los más cercanos a Donlad Trump.
Fue Gaetz quien acusó a McCarthy de haber llegado a un «pacto secreto» con Biden para permitir que la cámara votase sobre las ayudas a Ucrania, y pudiera ser que las presiones recibidas, y el temor a que ocurriera lo que finalmente sucedió el martes (su destitución), le frenasen en ese acuerdo.
Ha sido la primera vez en la historia de los EEUU que se ha producido una moción de anulación de un presidente de la Cámara de manera efectiva. Ha habido amagos, amenazas e, incluso, una presentada sobre sí mismo, a comienzos del siglo XX, cuando uno de los parlamentarios quiso poner a prueba los apoyos que le profesaban los suyos.
En la propuesta que McCarthy presentó, para mantener 45 días más abierto el gobierno y evitar su cierre técnico, se eliminó la partida para la ayuda a Ucrania.
Precisamente el próximo miércoles está prevista la celebración de la votación para nombrar al próximo presidente de la Cámara de Representantes. Entre los republicanos, todo apunta a que el candidato con más apoyos será Steve Scalise, quien se ha pronunciado públicamente con contundencia contra el envío de ayuda económica y armamentística a Ucrania en reiteradas ocasiones.
El análisis sobre el apoyo a Ucrania puede servirnos de guía para comprender mejor la situación convulsa que se vive ahora mismo en el panorama norteamericano y, especialmente, entre las filas republicanas.
A esta posibilidad apuntan ya medios como Euractiv.
