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La caótica estrategia diplomática de España en el conflicto del mar Rojo

España decide salirse de la línea oficial de Bruselas y no tomar parte en la operación militar contra la guerrilla yemení de los hutíes que estrangula el tráfico marítimo en la zona

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análisis

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El líder del movimiento de los hutíes, Abdelmalek al Huti, ha advertido de que los rebeldes no se rendirán y ha lanzado amenazas contra Estados Unidos, Gran Bretaña, Arabia Saudí y todo aquel país que trate de aplastarlos. El dirigente de la guerrilla que ataca a los barcos occidentales en el mar Rojo reivindicó su derecho a responder a la “agresión de Arabia Saudí”, que lidera la coalición árabe que les ataca y que informó de que ha destruido el 80 por ciento de los almacenes de armas rebeldes. La situación es de máxima tensión en la zona. Los Estados miembros de la Unión Europea han acordado contribuir a la operación “Guardián de la prosperidad”, liderada por Washington para proteger el transporte marítimo comercial de los ataques de los rebeldes hutíes de Yemen, respaldados por Irán. España todavía no ha decidido su participación en esa misión. Y cada día que pasa debilita todavía más nuestra posición en el mundo. Tal como suele pasar a lo largo de la historia, estamos en tierra de nadie.

El Gobierno de Sánchez tiene ante sí una difícil decisión. Involucrarse en el conflicto sería tanto como enfrentarse a Irán, que a su vez sería tanto como ir contra los palestinos. Todo ello después de que el rey Felipe VI defendiera la creación de un Estado palestino como forma de tratar de solucionar el conflicto. Mantenerse neutral enviaría un mensaje nocivo para nuestros aliados europeos y atlánticos. Una vez más, España daría la espantada en un momento en que las democracias aliadas se unen para hacer frente a un enemigo común. Por tanto, Sánchez se encuentra delante de una compleja encrucijada. Por no hablar de los intereses españoles en la zona. Según datos del Stockholm International Peace Research Institute (SIPRI), España figura actualmente como el tercer principal suministrador de armamento de la UE a Arabia Saudí y el séptimo a nivel mundial. Nuestro país otorgó nueve millones de ayuda humanitaria a los yemeníes (uno de los pueblos más pobres de la Tierra) mientras cerraba contratos por importe de 2.700 millones de euros en armas a los saudíes y sus socios. Pura esquizofrenia diplomática. Una absoluta falta de coherencia en política internacional. Moncloa debería fijar de una vez la posición de nuestro país en este conflicto: o estamos con Europa y con los aliados hasta el final en la defensa del tráfico de mercancías por el Canal de Suez (a fin de cuentas nuestra economía depende de que lleguen los contenedores chinos cada día) o estamos con los yemeníes a los que enviamos ayuda humanitaria por Navidad. Pero con unos y con otros es imposible.

¿Quiénes son lo hutíes?

Las crecientes tensiones en el mar Rojo, en el marco de la guerra entre Israel y Hamás que ha asolado gran parte de Gaza y que ha posicionado a numerosos países de Occidente y Oriente, han puesto el foco en un nuevo actor que está extendiendo sobremanera el conflicto en Oriente Próximo: los hutíes. Según informa La Sexta, su presencia en este choque se ha ido ampliando desde que, en el mes de octubre, este grupo –respaldado entre otros por Irán– empezara a llevar a cabo acciones hostiles contra buques mercantes en el mar Rojo, por donde pasa un 15% del tráfico marítimo mundial, como respuesta a la constante ofensiva israelí en el territorio palestino.

Acciones que han derivado, también a modo de respuesta, en los ataques perpetrados en las últimas horas por Estados Unidos y Reino Unido contra zonas de Yemen controladas por los hutíes, y que podrían seguir dándose en caso de que continúen registrándose los ataques contra embarcaciones, tal y como ha advertido recientemente Washington. Pero, ¿quiénes son los hutíes? ¿Con qué propósito nació este grupo y cuál es su papel y su objetivo en esta cuestión? El movimiento nace a mediados de los 90 en el norte de Yemen como representación del zaidismo, una escisión del islam chiita, para combatir al gobierno yemení del entonces presidente Alí Abdalá Salé.

El empobrecimiento de la población y las crecientes tensiones territoriales en la zona llevaron a que las fricciones aumentaran con el gobierno, a quien acusaban además de corrupción y de recibir el respaldo de Estados Unidos y Arabia Saudí. Los hutíes comenzaron a alzarse en armas, produciéndose así numerosos enfrentamientos contra la cúpula del país, cuyo ejército acabó por asesinar al que fuera fundador y líder del grupo -tal y como es conocido ahora-, Hussein Badreddin al-Houthi. Desde entonces (2004), Abdul-Malik al-Houthi, su hermano, tomó las riendas de un grupo que comenzó a ganar presencia en Yemen.

Los hutíes jugaron un papel clave en la revolución yemení de 2011, reforzando su organización y sus acciones hasta que, en 2015, tomaron temporalmente el control del gobierno central, lo que llevó, asimismo, en los años posteriores, a un choque directo con las facciones suníes -grupo musulmán mayoritario en la comunidad islámica mundial- radicales, con Arabia Saudí y con occidente. Este continuado conflicto ha provocado que, a día de hoy, Yemen sufra una de las crisis humanitarias más dramáticas del mundo, y sin visos de que la situación mejore en un territorio castigado por el hambre y el horror.

En la actualidad, los hutíes controlan zonas de Yemen y forman parte de lo que se ha llamado el Eje de Resistencia, una alianza antisionista y antioccidental de milicias regionales (Hamás, Hezbolá y hutíes) respaldada por Irán. Bajo el lema ‘Muerte a América, muerte a Israel, maldición a los judíos y victoria al islam’, han protagonizado los recientes ataques a las rutas marítimas en el mar Rojo como gesto de apoyo a los palestinos y a Hamás, el grupo islamista que controla Gaza, en su guerra contra Israel. Estos ataques han interrumpido el comercio internacional, obligando a los países a tomar una ruta mucho más extensa, alrededor de Sudáfrica, para evitar los ataques.

Ello ha provocado un aumento de los costes y tiempos para el comercio, lo que ha avivado los temores de que pueda desencadenarse un nuevo episodio de inflación global. “Esos ataques han puesto en peligro a personal militar estadounidense, marinos civiles y nuestros socios, han amenazado el comercio y la libertad de navegación”, ha denunciado el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, razón por la que en las últimas horas ha lanzado un ataque combinado con Reino Unido contra las posiciones hutíes en Yemen. Una ofensiva que, por otro lado, ha provocado cierto temor a la reacción de Irán.

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2 COMENTARIOS

  1. Huties es un nombre despectivo, yemeníes sería lo correcto, y no atacan a todo el mundo, solamente los barcos de aquellos que apoyan el exterminio en Gaza. La cosa está caliente y podría degenerar en la tercera guerra mundial, pero según Marcos López, que omite que Francia actúa como nosotros, la ética es poca cosa cuando están en juego los doblones. Vendámosles armas a unos y a otros con las que matarse y, a última hora, cuando la guerra esté decidida, lanzemos un desembarco desde Normandía. Bien le fue a EEUU en la segunda guerra mundial con esta estrategia

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