Leonel Fernández se está marcando un ridículo absoluto con sus críticas infundadas y populistas a las medidas adoptadas por el gobierno de Luis Abinader en respuesta a la construcción ilegal de un canal que desviará el cauce del río Masacre, del que comparten soberanía República Dominicana y Haití.
El líder de la oposición ha sido muy crítico con la contundencia de la respuesta, con el despliegue de tropas o con el cierre de la frontera. Sus palabras parecían que hubieran sido pronunciadas por los empresarios haitianos presuntamente responsables de la construcción del canal que por el líder político dominicano.
Muy a pesar de Leonel, las medidas adoptadas por el gobierno de Luis Abinader se ajustan, en primer lugar, a sus funciones como Jefe del Estado. No responder como se ha respondido habría sido una dejación de responsabilidad irresponsable. En segundo término, el envío de fuerzas militares a la frontera no se corresponde con ningún tipo de ánimo belicista, sino de protección del pueblo dominicano, sobre todo teniendo en cuenta el control de bandas criminales al otro lado de la frontera.
Además, estas medidas están teniendo el respaldo de la comunidad internacional, lo que se suma a la reacción de ésta ante los constantes llamamientos de Luis Abinader. El hecho de que la comunidad internacional haga caso a un presidente dominicano es histórico. Leonel no lo consiguió en los 12 años en los que ostentó la Presidencia del país caribeño.
El último respaldo lo ha recibido del Parlamento Centroamericano (PARLACEN). En concreto, ha aprobado una resolución en la que apoya a República Dominicana en la crisis con Haití y donde se hace un llamamiento al diálogo, la concertación y la paz, algo que está haciendo el gobierno de Luis Abinader, aunque Leonel pretenda transmitir lo contrario a través de sus canales multimedia y redes sociales.
La resolución es contundente y no deja lugar a interpretaciones: «Expresar nuestro respaldo e instar a los Estados miembros del SICA a respaldar a la República Dominicana en su propuesta de búsqueda de soluciones a la crisis en Haití, a través del diálogo y la concertación para la paz». Fue aprobada por unanimidad, es decir, 100 votos a favor.
