jueves, 2mayo, 2024
18.8 C
Seville

La crisis monárquica aumenta con la vuelta del emérito

Manel Mas
Manel Mas
Estudié contabilidad y economía, fui perito y profesor mercantil, ejercí de profesor en Alesco (Altos Estudios Comerciales) en Barcelona dando clases de contabilidad, cálculo y derecho mercantil.
- Publicidad -

análisis

- Publicidad -

Joan Carlos ha vuelto a España, pero hay que ver la forma de cómo lo ha hecho y qué importancia le ha dado a este hecho. No ha venido a ver su hilo y el resto de la familia, ha venido de turismo y a participar de unas regatas a Sanxenxo. Una vez ha disfrutado de lo que quería se ha desplazado a Madrid para hacer el «paripé», ver a su hijo y quedar bien ante la prensa y opinión pública. Aun así la casa del rey no ha publicado ninguna fotografía del encuentro real ni de toda la familia.

Hay que suponer que padre e hijo habrán tenido una larga conversación en la Zarzuela y que la Casa del Rey y la Moncloa ya deben de estar pensando una fórmula para minimizar el impacto de su visita. Pero ninguna estrategia podrá esconder la cuestión de fondo: el monarca que protagonizó la Transición se dedicó durante años a cobrar comisiones, a esconder dinero en el extranjero y no pagar impuestos en su propio país, y solo el blindaje constitucional, la famosa inviolabilidad que ni siquiera ahora el PP y el PSOE se atreven a eliminar, ha evitado que pudiera ser juzgado en España.

Quedaba la esperanza que el monarca aceptara algún tipo de contrición, que pidiera disculpas de manera pública igual como hizo después de la famosa cacería de elefantes de Botsuana. Pero nada de todo esto ha pasado. El rey se ha comportado cómo si no hubiera pasado nada e incluso ha respondido, medio ofendido, con un ¿explicaciones de qué?» cuando se le ha requerido por parte de los medios que se desplazaron a Galicia. ¿Es acaso un ladrón Juan Carlos I? Vean qué opinión tiene el ex magistrado del Constitucional, Joaquín Urias, en el siguiente video.

Joan Carlos hará lo que más le convenga, a nivel personal y familiar, pero no se inmolará, ni hará acto de contrición, ni renunciará en su tren de vida, una vez ha comprobado que puede poner los pies en territorio español, para ir de cacería y de regatas, sin que nada se tambalee. Antes al contrario, seguramente se siente reforzado, gracias al recibimiento popular a Sanxenxo, el apoyo de las derechas y el silencio del PSOE, matizado por algunas muestras de «malestar».

El PSOE tiene que ser consciente que las medidas cosméticas que ha aprobado para mejorar la imagen de la monarquía se quedan muy cortas, que la crisis es mucho más grande y que nada hace pensar que vaya a menos, antes al contrario. Hoy marcar distancias ya no es suficiente. El mínimo seria reformar la Constitución porque un caso pareciendo no pueda volver a pasar. Pero parece que Felipe VI no quiere renunciar a la inviolabilidad que ha salvado su padre.

Quizás Joan Carlos no es quien tendría que dar explicaciones, tendría que ser la democracia española, personificada en los poderes ejecutivo y judicial, que han permitido décadas de abusos, mentiras, sobrecostes y otros delitos que no se pueden juzgar porque hasta hace cuatro días este estado de derecho consideraba «inviolable» el jefe del Estado. El rey es un personaje turbio que se ha aprovechado de su cargo -heredado de la dictadura- para enriquecerse, bajo la protección de la Constitución, la justicia y las cloacas del Estado, que lo han encubierto, e incluso, le han podido apartar del camino quien le estorbaba.

Son las cloacas que armaron y protegieron a los GAL, que taparon la corrupción del PP, que inventaron corruptelas de líderes independentistas y les espiaron por motivos puramente ideológicos y electorales. Las cloacas de una democracia plena (?), pagadas por todos, sin límite presupuestario y sin rendir cuentas. La élite periodística ha demostrado que forma parte del núcleo duro del Estado y se implica cuando alguno de sus pilares (o aquello que ellos consideran sus pilares) está en peligro.

Como muy bien han entendido los lectores, aunque se hable en catalán, el video que acaban de ver sería, posiblemente, lo que pasaría en otro país o… en España en caso de existir una democracia plena y sin el paraguas de la inviolabilidad que otorga al jefe de estado la Constitución. Hay que recordar que Joan Carlos no la ha jurado ni prometido nunca y, mira por dónde, es la que le ha protegido de ser juzgado. El resto representa lo que pasaría -en otro país- en el caso del espionaje, pero impensable en España.

¿Qué piensan ustedes, queridos lectores? ¿No quedábamos que la justicia es igual para todo el mundo? Es lo que el mismo Joan Carlos había dicho en un mensaje de Navidad dirigido a los ciudadanos. ¿Qué credibilidad, a la vista de los hechos, podemos tener del emérito Joan Carlos a estas alturas?

- Publicidad -
- Publicidad -

Relacionadas

- Publicidad -
- Publicidad -

4 COMENTARIOS

  1. En las próximas elecciones solamente votar aquellos partidos que demanden la recuperación de la legalidad republicana en la legislatura. Todo lo demás es vasallaje.

  2. El nacionalismo y la anti-España atacan a la monarquía porque es el eslabón más débil de la democracia. El objetivo no es abolir la monarquía sino destruir España; ese y no otro es su objetivo inconfesado.

    Como institución la actual monarquía ha brindado a España las mejores décadas de su historia. Hay que condenar las acciones del rey como ciudadano, preservando la estabilidad de la democracia, y la monarquía (hoy encarnada en Felipe VI un rey ejemplar), y no dejarse engañar por los cantos de sirena de los enemigos de España.

  3. El bocazas del «Por qué no te callas» resultó ser un ladrón, y para más «inri» sigue libre. ¡Y se atreven llamar al Régimen clerical-católico español: Democracia. ¡Manda carall.!

DEJA UNA RESPUESTA

Comentario
Introduce tu nombre

- Publicidad -
- Publicidad -
Advertisement
- Publicidad -

últimos artículos

- Publicidad -
- Publicidad -

lo + leído

- Publicidad -

lo + leído