Cristina Fernández recibió numerosas críticas durante su función pública, quizás una de las más recordadas sea cuando habló de un abuelito… ‘Un abuelo, un abuelito, abogado (…) Julio César Durán. Un abuelito que había decidido presentar un amparo porque quería regalarle a los nietitos 10 dólares porque eran abanderados. Primero un abuelito medio amarrete porque la verdad que si es abogado, 45 pesos o 49 pesos regalarle a dos nietitos…. La verdad es que yo hubiese hecho un esfuercito más’, dijo Cristina Fernández.
Fuimos muchos quienes criticamos ese accionar, puesto que ensañarse desde el Estado con quienes no piensan como uno lejos está de un comportamiento democrático.
Algo parecido ocurrió días atrás con Javier Milei, quien buscó como oponente a la cantante Lali Expósito o más recientemente con un profesor universitario. El pasado miércoles cuando participó del inicio del ciclo lectivo en el colegio al que asistiera como alumno, el Presidente mencionó en referencia al joven que maneja su cuenta de Tik Tok ‘Iñaki tiene una profesora de microeconomía 1 que lo persigue por ser liberal’ porque ‘en la Universidad de Belgrano, donde hay profesores -de origen radical- persiguiendo a liberales’.
Y sin embargo no son tantos los que se indignan ahora.
Pareciera que el Presidente tiene impunidad, como la tuvo en su momento Carlos Menem, para hacer o decir lo que se le ocurra.
En el mismo acto, ante el desmayo de un alumno, Milei afirmó ‘mencionar a los comunistas es tan peligroso que genera problemas siempre’ y lo hizo ante un auditorio de alumnos secundarios. Si eso mismo lo hubiera dicho Cristina Fernández larga sería la cola de quienes la criticarían.
Pero Milei cuenta con un estado de gracia. la incógnita es saber hasta cuándo durará.
El último mes el índice de Confianza en el Gobierno cayó 1,4 puntos, puede observarse una significativamente mayor pérdida de confianza en el gobierno, fundamentalmente ‘en los segmentos más jóvenes y de menor nivel educativo’ que supieron ser los sectores donde el presidente cosechó los mayores apoyos, y previsiblemente tuvo un crecimiento ‘entre quienes viven en el interior y una fuerte caída entre quienes residen en la Ciudad de Buenos Aires y su área metropolitana. Quizás porque el mayor ajuste de tarifas, que se siente en los bolsillos, haya recaído en Capital y AMBA, todos sabemos que nos gusta vivir lo más cómodo posible y reaccionamos cuando nos tocan el bolsillo.
De hecho, este indicador no cayó más porque creció la percepción ciudadana respecto a la honestidad de sus gobernantes, que fue el único factor que se incrementó mientras los restantes cuatro, Evaluación general del gobierno, Preocupación por el interés general, Eficiencia en la administración del gasto público y Capacidad para resolver los problemas del país caían fuertemente.
Hasta ahora el Presidente cuenta con la impunidad para hacer y decir lo que quiere, goza de la ‘luna de miel’ de los cien días iniciales de gobierno porque, en su entender, ‘la rebelión natural tenía que ser liberal, es decir, estábamos tan pero tan contaminados de socialismo, pero teníamos tanto rojo encima que lo natural era que la revolución fuera liberal.’
¿Los argentinos están preparados para una revolución?
