Lasquetty el privatizador, detrás de la idea de Ayuso de trasladar el hospital La Paz

El traslado del centro de referencia a un barrio que aún no existe, a 10 kilómetros de Sol, ha partido en dos el Gobierno de la Comunidad de Madrid

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El Consejero de Hacienda Javier Fernández Lasquetty, el que fuera uno de los privatizadores de la sanidad pública madrileña, es uno de los ideólogos de trasladar el Hospital La Paz a Madrid Nuevo Norte, un barrio que aún no existe.

Esta decisión de renunciar a reformar el centro hospitalario, referencia en España y uno de los mejores de Europa, ha dividido al Gobierno de la Comunidad de Madrid, Por un lado, el consejero de Hacienda y hombre fuerte del Ejecutivo, Fernández Lasquetty; la consejera de Medio Ambiente y Territorio, Paloma Martín, y la consejera de Presidencia, Eugenia Carballedo que son los fervientes defensores del pelotazo que supondría liberar miles de metros cuadrados al lado de las torres de la Castellana, uno de los terrenos más cotizados de la capital.

Según fuentes que conocen los entresijos de la operación y según ha publicado El País, estaría frontalmente en contra el actual consejero de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero, que ha encontrado apoyos en los consejeros de Ciudadanos, partidarios también de que el edificio se quede dónde está y se lleven a cabo las obras como estaba previstas.

Fernando Lasquetty

El actual Consejero de Hacienda, Javier Fernández Lasquetty, es un hombre de Aznar y de Esperanza Aguirre que dirigió FAES, la fundación de estudios del expresidente. De ideología ultraconservadora, sin fisuras y ultraliberal, con raíces en el Opus Dei y los Kikos, y tapado de Casado, así es el gestor del dinero de todos los madrileños y madrileñas.

Defensor del neoliberalismo

Fernández-Lasquetty es uno de los ideólogos del neoliberalismo de Isabel Díaz Ayuso y tiene el encargo de realizar “la mayor rebaja fiscal de la historia de la Comunidad de Madrid”.

A pesar de tener una amistad con la portavoz de la ultraderecha de Vox, Rocío Monasterio, los Presupuestos de la Comunidad se le resisten. Los últimos desencuentros públicos de los ultras en la Asamblea este jueves, son reveladores de lo lejos que aún se encuentran un acuerdo. Los meses van pasando y las cuentas, no tiene ni siquiera un borrador público.

La Marea Blanca le tumbó y lo volverá a hacer

Javier Fernández-Lasquetty perdió en 2014 su cartera de consejero privatizador en el Gobierno de la liberal Esperanza Aguirre, mentora de Ayuso. Quiso dar la batalla contra los defensores de la sanidad pública en Madrid y se encontró con una Marea Blanca en todo su esplendor, de un blanco nuclear que cegaba los ojos.

A pesar de no poder terminar las privatizaciones que le había encomendado Aguirre, nunca abandonó la guerra por imponer sus ideas en la regios. Fue el de vicerrector en la Universidad Francisco Marroquín, en Guatemala, “La Marro», considerada como el templo liberal de Latinoamérica, un lugar donde los textos de economistas de la Escuela de Chicago, de que dan sostén a las políticas del PP en Madrid son asimilados como creencia.

“España no necesita más despilfarro de gasto público, sino menos. No necesita más políticos tomando decisiones sobre cómo y dónde hay que curar a los enfermos, sino menos”, escribió cuando ejerció como jefe de Gabinete de Pablo Casado.

El consejero de Hacienda no oculta en el artículo su opinión favorable a privatizar la Sanidad Pública: «Los hospitales de gestión privada tienen los mismos indicadores de efectividad clínica y seguridad del paciente que el resto de los hospitales». Por ello, Lasquetty se muestra partidario de gastar menos en sanidad y que los médicos y enfermeros no sean funcionarios:

“Para los defensores del modelo funcionarial lo que importa es que el médico o el enfermero sean empleados públicos. Sin embargo, para los pacientes eso es irrelevante, lo que importa es que los médicos y enfermeros presten atención a su enfermedad y le ofrezcan el tratamiento más eficaz. Y para los ciudadanos lo mejor es que eso se haga con el menor consumo posible de dinero del contribuyente, esto es: gastando todo lo necesario para cuidar al enfermo, pero no desperdiciando dinero de todos en aquello que no aporte nada a la salud”, es otro de sus escritos, representativos de su pensamiento político.

«España no necesita la arrogancia de los cobardes, sino la audacia de los que se atreven a innovar y a reformar, como lo hicieron Eduardo Zaplana en Valencia y Esperanza Aguirre en Madrid», concluye, Lasquetty. (El primero terminó en la cárcel, y la segunda es investigada por varios casos de corrupción)

Toda su carrera profesional desde los años noventa, a excepción de  los cinco años que pasó como vicerrector en Guatemala— se ha desarrollado en cargos de confianza en el PP y en la fundación FAES, terminando en el Gobierno presidido por Isabel Díaz Ayuso, de la mano de Miguel Ángel Rodríguez.

Pelotazo urbanístico

El traslado a un nuevo distrito que aún no existe sería más caro y además se sospecha que los consejeros que lo apoyan tienen la tentación de acudir a la iniciativa privada para levantar el nuevo edificio de La Paz.

Sería un pelotazo urbanístico desde varios frentes, primero se privatizaría la construcción del nuevo hospital y se liberaría suelo para construir nuevas torres, en una época en el que la pandemia de la Covid.19 ya fuera historia.

Por otra parte, todo alrededor del solar de la nueva paz, incrementaría los precios y supondría jugosos beneficio para las constructoras amigas.

Una reforma de cinco Zendales

Las obras durarían más años que la reforma prevista, que estaba presupuestada en 505 millones (cinco Zendales).  La nueva Paz ocuparía 320.000 metros cuadrados y que supondría un incremento del 72% con respecto a la superficie actual.  La reforma sería en cuatro fases, y se constituirían hasta cuatro hospitales consecutivamente. Durante toda la construcción, La Paz no reduciría su actividad asistencial. Una inmensa obra que iba a durar 12 años.

¿Cuántas decenas de Zendales costaría el nuevo hospital en su hipotética nueva ubicación?

Además, cuando se pusiera la primera piedra de la nueva Paz, podrían pasar otros diez años. Cabe recordar la historia de Madrid Nuevo Norte, antigua operación Chamartín. Este proyecto comenzó cuando RENFE y el Ministerio de Fomento concibieron la operación como la primera actuación urbana en España que se desarrollaría a través de una concesión a un operador privado.

El 30 de enero de 2015 se reformó el proyecto bajo el nombre de Distrito Castellana Norte.  En el primer trimestre de 2018 fue revelado un nuevo plan de renovación del distrito castellana norte sobrescrito como Madrid Nuevo Norte, por el ministro Ábalos y la alcaldesa Manuela Carmena.

El 29 de julio de 2019, con Gobierno municipal del Partido Popular y Ciudadanos, se aprobó Madrid Nuevo Norte, y se esperaba que las obras empezaran a finales de 2020 para finalizar en 2044. Pero la pandemia ha supuesto otro nuevo retraso.

Parece ser que la Consejería de Sanidad se muestra más partidaria de reformar La Paz que de trasladarlo.

El Hospital La Paz lidera el ranking de los hospitales españoles más reconocidos y su fama traspasa fronteras. Lleva 54 años siendo el centro sanitario mejor valorado.

1 COMENTARIO

  1. Si después del pelotazo que se habrán llevado con lo del «Almacén Zendal» ahora consiguen otro, pero de 500 millones o más trasladando La Paz la caja B del PP va a rebosar.

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