lunes, 6mayo, 2024
23.2 C
Seville

Marías, Javier: doce de septiembre de 2023

Javier Puebla
Javier Pueblahttp://www.javierpuebla.com
Cineasta, escritor, columnista y viajero. Galardonado con diversos premios, tanto en prosa como en poesía. Es el primer escritor en la historia de la literatura en haber escrito un cuento al día durante un año, El año del cazador, 365 relatos que encierran una novela dentro.
- Publicidad -

análisis

- Publicidad -

Se resiste. No sabe si le gusta o no que vaya a escribir sobre él. Ya se ha indignado con lo del sueño, que pensaba utilizar en este texto; y me parece bien. Porque no era verdad, al menos esta vez. Otras veces sí que me lo he encontrado en parajes imposibles durante mis largas y más bien viciosas duermevelas. Él detesta la literatura que se apoya sobre los sueños o los utiliza como recurso; aunque no siempre fue así. Cuando era joven intentó muchas veces remedar la magia lograda por Stevenson en Jekyll y Hyde, pero nunca consiguió ni siquiera acercarse. Literatura y fantasma sí, sueños no.

Voy a limitarme a contar la verdad, sin fantasías ni artificios literarios. Me lo ha dicho la Rubia: hemos hablado cuando me he levantado, que para ella ya era la hora de comer. Hoy es el aniversario de la muerte de Javier Marías, en El Confidencial han escrito algo sobre él.

¿Qué decían?

No lo sé, lo he mirado sólo por encima.

La Rubia conoce mejor que nadie mi pasión por Marías, mi sueño (de despierto) de lograr que se reconciliase con “el padre” Herralde, y todas las veces que le defendía en las Noches Blancas de Sánchez Dragó cuando la totalidad de mis colegas se enseñaban con él. La respuesta de Marías, a través de su célebre columna en el suplemento semanal del País, fue dejar claro que “NO SIEMPRE SE PUEDE ELEGIR A QUIEN NOS DEFIENDE”.

No le gustaba que fuera yo su abogado en el universo de Dragó. Y tampoco le gustaba que llevase sombrero, me lo hizo saber, también desde su atalaya, algunas semanas más tarde. EL SOMBRERO ES UNA PRENDA QUE YA NO TIENE SENTIDO UTILIZAR. Eso fue bonito, porque luego Elvira Linda me defendió, también desde El País, desde su propia columna en el periódico impreso en papel prensa: CADA UNO SE VISTE COMO LE DA LA GANA Y SI QUIERE LLEVAR SOMBRERO QUE LO LLEVE. Cito de memoria y recreando, y por lo tanto seguro que cito mal, pero fue más o menos así.

Y ahora tampoco le gusta, o al menos no le gusta del todo, que sea yo quien esté escribiendo sobre él. Yo, Javier Puebla, el que se permite la audacia de escribirlo en presente, como si aún estuviera aquí (a diferencia de lo que ha hecho Alberto Olmos en el Confi, que ha echado a paletadas despiadadas toda la tierra que tenía disponible para enterrar a Javier).

Javier Marías, de algún modo, sigue vivo; por supuesto. “En la pereza de mi memoria”, que escribiría Carlos Marzal; pero no sólo así: también en el eco de todas las cosas que escribió e hizo, en aquellas pistolas que le regalaba por su cumpleaños Arturo Pérez Reverte, en todas sus frases, y hasta en las imágenes en las que aparece grabado, hablando de que nunca sabe –sigo en presente– lo que va a salir cuando se pone a escribir.

Hace unos días se me ocurrió una novela inventándome una amistad secreta con el hijo de Julián (quien siempre vivió en él), pero naturalmente no la escribiré porque sería demasiado trabajo y además acabo de reventar ya la idea al contarla aquí.

Pero vuelvo a la realidad. Cuando la Rubia me ha recordado lo del aniversario, que coincidía con el de Las Gemelas, he ido a la biblioteca y me he puesto a buscar el libro que quizá más me gusta de él: MAÑANA EN LA BATALLA PIENSA EN MÍ. No había manera de encontrarlo. ¿Se lo habría prestado a alguien? ¿Me lo habría quitado algún alumno manos largas de los que vienen a mi taller? Me parecía raro. Lo recordaba perfectamente. El formato Anagrama grande, de los primeros que Herralde hizo ya grandes, con el fondo amarillo… Por fin lo encontré, pero sin el fondo amarillo, porque a Marías no se le publicaba en PANORAMA DE NARRATIVAS (la peste amarilla, como la llamaba Lara El Primero), sino en NARRATIVAS HISPÁNICAS porque ese era el precio y la discriminación en Anagrama si se escribía originariamente en español.

En el libro –la última vez que lo leí vivía en Dakar y aún no habíamos cambiado de milenio– he encontrado dos frases subrayadas (en rojo y con pulso torpe, y no firme como lo es actualmente cuando marco algo). En la 151, la siguiente:

“Es intolerable que las personas que conocemos se conviertan en pasado”

(y en la estela de esa frase estoy escribiendo en presente sobre ti, Javier)

Y la segunda en la página 41 (siempre miro los libros de atrás hacia delante):

“Mis recuerdos que al igual que tantas de mis pertenencias me sirven tan sólo a mí y se hacen inútiles si yo muero”

(tus lectores, que también son dueños de tu obra porque un libro es un matrimonio entre quien lo hace y lo recibe, no permitirán que sea así).

Aunque lo más bonito, lo más mágico (a los niños como Javier y como yo la magia nos parece normal y habitamos en ella continuamente sin necesidad de ser conscientes de hacerlo) ha sido que al principio, antes de buscar subrayados, he abierto el libro al azar, tras descubrir que no era amarillo, y dejado que la vista eligiese por puro capricho una frase en el centro de la página. Que es la que sigue y voy a utilizar para terminar.

Página 41.

“Te debo una, no sabes cómo te lo agradezco”.

Entiendo que es él quien me ha hecho encontrarla; lo quiero creer así. Y que esta vez sí que está contento de que haya escrito sobre él. Queriendo cuidarlo y mantenerlo aquí.

- Publicidad -
- Publicidad -

Relacionadas

- Publicidad -
- Publicidad -

1 COMENTARIO

DEJA UNA RESPUESTA

Comentario
Introduce tu nombre

- Publicidad -
- Publicidad -
Advertisement
- Publicidad -

últimos artículos

- Publicidad -
- Publicidad -

lo + leído

- Publicidad -

lo + leído