martes, 14mayo, 2024
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Mi ViH y yo

Albert Boira
Albert Boira
Nacido en Barcelona el año 1961. A los cuarenta años abandona su puesto de director comercial en una gran empresa para dedicarse al humor. Pionero del stand up comedy en España, un clásico de Comedy Central, con un potente humor en directo y una altísima capacidad de improvisación. Más de veinte años produciendo espectáculos y recorriendo España, traficando con risas con un humor directo, canalla, provocador, y a la vez reflexivo, humano, casi filosófico. Entre sus espectáculos: “Raro, Tú!”, “Humor de Transmisión Sexual”, “Trivial Cannábico”, “Rock&Risas”, “La Cocina de los Monólogos”. En la actualidad rodando por España el show “LGTB Comedy Jam”, que se representa semanalmente en la sala El Intruso de Madrid, siendo el primer club de comedia LGTB de España. Un humorista en constante evolución, y más en forma que nunca... aunque a primera vista no lo parezca. Links de interés: Viejofobia Phibeta Lambda: https://www.youtube.com/watch?v=qFugfE4T9Hk&t=49s Los animales Teatro Condal BCN: https://www.youtube.com/watch?v=xR3Y_OL9VJY&t=82s Mi urna El Molino BCN: https://www.youtube.com/watch?v=xoDDxM675Bo&t=42s El sentido de la birra: https://www.youtube.com/watch?v=eqJgIg1diT8&t=810s
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análisis

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Fragmento de Albert Boira en “Humor de Transmisión Sexual”:

“… si, he decidido que voy a decirlo desde el escenario, soy seropositivo… y me niego a sentirme diferente, manchado o culpable mientras veo por televisión a tipos que deciden sobre guerras, hambre, muerte y miseria… y van con coche oficial, guardaespaldas y todos los honores. ¿Y yo he de sentirme culpable porqué se me rompió un condón? ¡O me olvidé! ¡O no quise en ese momento! ¡A otro perro con ese hueso!”

No era un chiste, era una proclamación pública.

Como todos, cuando me enteré de que era seropositivo sentí una losa que caía a plomo dentro de mí, en ese lugar en las entrañas que no sabes señalar pero que duele tanto. Me sentía infectado, diferente. Tienes “el bicho”, me decía a mí mismo, te ha tocado, eres uno de “ellos”…

Mi vida cambió, mi forma de relacionarme, yendo por la calle creía que se me notaba en la cara, estaba presente en mí como si alguien fuese colgando una pancarta por los lugares que yo pasaba: “TIENES EL ViH”.

Hace quince o dieciocho años esto daba aún más miedo, familia, hijos, entorno, otra salida del armario… y vaya salida! Un alud de sentimientos encontrados, culpabilidad, terror, tristeza… y soledad, mucha soledad.

Se gestiona, mastica y traga, y es que, en la vida, van apareciendo circunstancias difíciles de atravesar, y esta es una de ellas.

Pero llega un momento en el que lo dimensionas adecuadamente, entiendes lo que está pasando. La mayoría de la angustia que provoca el ViH viene dada por cómo está considerado a nivel social, y un buen día, de una vez por todas, te niegas a ser víctima de ideas ajenas preconcebidas, fobias, rechazos o falta de información…

El estigma sigue ahí, continúa siendo algo medio tabú, limitante, que causa mucho sufrimiento a muchas personas, y esa es una de las razones por las que decidí decirlo en los espectáculos de HTS, intentando aportar algo a la normalización, a la visibilización de algo tan absurdo y tan injusto.

Además señoría: No dejamos de ser un negocio para las industrias farmacéuticas, dado que les resulta más rentable “cronificar” las enfermedades que curarlas. El coste de tratamiento de VIH/sida varía de 3.700 a 9.700 euros por paciente y año, así que rentables resultamos al sistema.

Pero creo que ya va siendo hora de que nadie tenga que esconderse por ser seropositivo, contamos a los demás si padecemos un cáncer, o si sufrimos un infarto, o hablamos del colesterol, pero no contamos estas cosas… “eso” no se comenta en la mesa durante la cena de Navidad… y esto es porque aún nos gobierna la moral judeo cristiana que condena el placer y lo convierte en culpabilidad. De “esto” no se habla porque no está bien, y así van acentuando el estigma en lugar de eliminarlo.

Yo querría que todas las personas que sienten que no toleran determinadas cosas, que no transigen con distintas formas de ver y vivir la vida, que se parasen a pensar cuántas de las ideas que están defendiendo son suyas, producto de su reflexión, y cuántas son producto de una herencia sociocultural que han comprado sin cuestionarse, y viven prisioneros de ella.

Yo querría que todos, humildemente, hiciésemos un ejercicio de empatía hacia aquellas cosas que no toleramos y las mirásemos desde otras perspectivas más allá de nuestras creencias. Para reafirmarnos en nuestros principios o para cambiar de opinión, que también se puede no?

Muchas cosas que yo defendía vehemente a los cuarenta años, las dejo “entre comillas” a los sesenta, nunca llegamos a tener cerrada nuestra evolución.

Yo querría también que aquellos seropositivos que todavía lo están sufriendo levanten la mirada, se sacudan de encima la presión de la opinión ajena y de las consecuencias que vendrán, que se quiten ese peso de encima, no pasa nada, esta es otra de las cosas que uno pilla en esta vida por no quedarse en casa encerrado y sobre protegido… todo bien…

… y yo querría que supiésemos vivir intentando entender a los demás… y dejándolos vivir… y ayudarnos entre nosotros…

Pero bueno, yo querría tantas cosas…

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