Casi nada sucede espontáneamente, siempre existió algo o alguien que precedió esa idea, esa lucha, que puso el germen que después siguieron regando otros con los mismos objetivos. La barcelonesa Montserrat Roig (1946-1991) ejerció el periodismo de investigación y cultivó una considerable obra narrativa, aclamada en su momento y olvidada después, debido en parte a su prematura muerte. Ahora, en pleno auge de las corrientes feministas, editoriales como Consonni han decidido rendir homenaje a su obra con la reedición de su primera novela, Ramona, adiós, escrita originariamente en catalán y publicada en 1972.
Tres mujeres de una familia de tres generaciones (abuela, madre e hija) retratan con sus vivencias el transcurrir por la ciudad de Barcelona desde finales del siglo XIX hasta la década de los sesenta del pasado siglo XX. El compromiso feminista de la añorada periodista y escritora barcelonesa, fallecida prematuramente en 1991, es rescatado ahora con una de sus obras clave. Esta primera novela supuso la confirmación de que Roig se había convertido en una mirada insobornable que, tanto en el periodismo como en la narrativa de ficción, lograba emocionar con una obra vigorosa, directa al meollo y con una calidad humana inigualable. Muy pocas novelistas son capaces de dominar la técnica del monólogo interior como lo hizo Roig, que además tuvo la virtud de dar voz a tantas y tantas personas que quedaron sepultadas bajo el manto del silencio y la indiferencia más absolutas.
Muy pocas novelistas dominan el monólogo interior como lo hizo Roig, que además tuvo la virtud de dar voz a tantas personas que quedaron sepultadas bajo el manto del silencio
Autoras de renombre actuales como Najat El Hachmi, Luna Miguel o Rosa Montero se deshacen en elogios hacia la literatura de Roig. En el prólogo a esta edición de Ramona, adiós, Luna Miguel asegura que “Montserrat Roig no solo corrió riesgos en cuanto a la exploración temática de unos años convulsos y dolorosos a nivel político, pues tal vez su mayor apuesta con Ramona, adiós tuviera que ver con lo forma”.
