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Perdimos la oportunidad

Eduardo Rivas
Eduardo Rivas
Licenciado en Ciencia Política
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análisis

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Finalmente la Cámara de Diputados de la Nación aprobó en general la ‘Ley de Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos’, popularmente conocida como ‘Ley Ómnibus’, producto de un toma y daca que se extendió durante los tres días de sesión y que debe analizarse conjuntamente con el Decreto de Necesidad y Urgencia 70/23 que el Congreso aún no trató porque el oficialismo no tiene la garantía de evitar se rechazo y quienes se autoperciben opositores no tienen la valentía de hacerse cargo de la situación.

Política en estado puro, negociación y consenso. Aunque el Presidente lo niegue y prefiera matizarlo diciendo que escuchó a los bloques políticos restantes, la realidad es que fueron moldeando el proyecto a gusto del consumidor, terminando por convertir el proyecto original en un proyecto a la carta de quien fuera a votar.

Inicialmente se redujeron de 664 artículos a 584, y como con eso no bastaba para garantizar la aprobación en general, el Gobierno eliminó todo el capítulo fiscal del proyecto de ley y hasta se modificó, parcialmente, el apartado referido a las facultades delegadas.

Curiosamente quienes inicialmente no compartían los criterios de la Ley Ómnibus centran en lo que lograron arrancar al Ejecutivo como razones para su aprobación, y afirman que lo que hacen es darle herramientas de gobernabilidad al Presidente. Qué poco saben de institucionalidad y republicanismo, si creen que reduciendo las competencias propias y cediéndolas a otro poder del Estado, se puede afrontar la situación. Porque lo que en realidad se está generando es torcer la voluntad popular que dispuso una configuración de poder que no se vio representada en la última sesión.

Lejos quedaron aquellas declaraciones de Martín Lousteau, titular de la Unión Cívica Radical, cuando destacaba ‘nos eligieron para ser oposición’.

Porque allí radica el meollo de la cuestión. ¿A quiénes defendían los diputados que, sin ser de La Libertad Avanza, acompañaron el proyecto oficial? La clave está en el sistema electoral argentino, que al establecer reglas especiales para la elección presidencial hace creer realidades políticas que no se condicen con la realidad.

No es cierto que Javier Milei ganó con el 56% de los votos, o al menos es cierto relativamente, puesto que esa cantidad de votos las obtuvo en el ballotage, en una competencia entre dos y contabilizando los votos positivos solamente, si no se explica eso no se puede entender el reparto de poder institucional real. Siguiendo esa lógica, Arturo Illia triunfó en las elecciones con el 40% de los votos, ya que entonces la elección era indirecta y ese fue el porcentual que obtuvo en el Colegio Electoral… y la realidad política no era esa. Dista mucho la realidad legal de la realidad política.

Pero en el caso actual es mucho más profundo porque en el caso de Illia todo se había resuelto en una misma elección mientras que en esta oportunidad fue en dos elecciones totalmente diferenciadas. Mientras el presidente Milei triunfó en 21 de las 24 circunscripciones electorales, aunque para presidente se considere un circuito único, en las elecciones legislativas sus candidatos no lograron ser electos en 5 provincias… y triunfaron solo en 8 distritos.

Para ser claros, quienes eligieron a Javier Milei como Presidente no eligieron a los candidatos de Javier Milei a la Cámara de Diputados. Esto supuso un equilibrio de poder inédito en la Argentina puesto que por primera vez había un verdadero reparto de poder entre los poderes y hacia el interior del Poder Legislativo.

Pero perdimos la oportunidad, porque la ciudadanía votó un equilibrio de poder que no se tradujo en la realidad.

Decía Arturo Illia, a quien muchos citan y pocos ponen en práctica, ‘No les tengo miedo a los de afuera que nos quieren comprar, sino a los de adentro que nos quieren vender’, y no hay mejor síntesis para explicar lo ocurrido.

¿A quiénes representan quienes se presentaron y hablaron de institucionalidad, pero votan que su propio poder le sea cedido al Presidente? Milei no cambió el fondo, cambió las formas. Decía llevarse todo por delante y decidió acordar porque se lo llevaban puesto a él. Los legisladores que dicen defender los valores de los ciudadanos, aquellos que se auto perciben socialdemócratas, ¿por qué votaron lo que votaron? ¿A cambio de qué? ¿En qué lugar de la díada propuesta por Illia se encuentran?

Y mientras dentro del recinto había llamativos realineamientos, fuera del Congreso la protesta social, castigada con represión y protocolos que lejos están del proceder de quienes los defienden. Antes cuando protestaban cortaban la calle, a quienes quieren cortarla hoy para protestar les dan palos y balas de goma.

Incluso las autoridades de la Unión Cívica Radical piden por los detenidos… pero solo por los afiliados a su Partido, como si hubieran tenido un trato diferenciado.

¿Cómo explicarán los diputados lo hecho el pasado viernes? ¿Cómo votarán a partir del martes cuando la ley se trate en particular artículo por artículo? Allí comenzará a verse qué negoció cada uno.

Ya se ve, y con claridad, que perdimos una oportunidad… ¿Quién sabe si habrá otra?

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