Rajoy

El Gobierno del PP negoció con los independentistas catalanes en los meses anteriores al referéndum del 1-O. Así lo ha reconocido el expresidente Mariano Rajoy durante su declaración como testigo en el juicio del ‘procés’ que se celebra en el Tribunal Supremo. A preguntas del abogado de Vox, Javier Ortega Smith, el ex jefe del Ejecutivo popular ha reconocido que se abrieron cauces de comunicación permanente para dialogar sobre el conflicto territorial en Cataluña, lo que supone un duro revés al discurso principal que Pablo Casado pretende mantener durante la campaña electoral de cara a las elecciones del 28A. Aquella mesa de negociación fue un misterioso organismo del que hasta ahora no se tenía conocimiento y que se bautizó en secreto como ‘Comité Restringido’. En ese ente participaban al menos un miembro del PP, otro por el PSOE y un tercero de la Generalitat de Cataluña. En su declaración, Rajoy ha reconocido que esos contactos se produjeron, aunque ha dicho no conocer la existencia del citado comité con tal nombre. “Pero sí, hubo conversaciones…”, ratificó con rotundidad el ex presidente del Gobierno, que como testigo tenía la obligación de decir la verdad ante el tribunal.

En aquel comité de negociación, el objetivo era “mantener conversaciones” entre la Generalitat de Cataluña y los dos principales partidos nacionales, en las cuales se puso sobre la mesa la celebración del referéndum de autodeterminación. “No me consta que se llamara Comité Restringido, pero conversaciones siempre las ha habido a lo largo de la historia. Yo mismo me entrevisté con Artur Mas en seis ocasiones y otras dos con Carles Puigdemont y otros miembros de la Generalitat. Esas conversaciones son algo absolutamente normal en política”, incidió el expresidente del PP.

Si bien es cierto que los contactos con los líderes independentistas fueron casi una decena, finalmente “no hubo nada de qué hablar”, alega Rajoy. “Desde que me reuní con Mas en ningún caso el Gobierno de España iba a liquidar la soberanía nacional; sobre eso no había absolutamente nada de qué hablar”, concluyó a preguntas del letrado de Vox.

¿Pero en realidad se abordó en aquellas conversaciones del Comité Restringido a tres bandas la cuestión trascendental del referéndum de autodeterminación? Efectivamente, Rajoy ha confirmado que ese espinoso asunto se abordó. Otra cosa es que el Gobierno de España autorizara la celebración de una consulta que el Tribunal Constitucional declaró ilegal. “En absoluto, es falso que se pactara un referéndum. Yo no iba a autorizar un referéndum; no ha habido acuerdo, ni siquiera conversaciones para su celebración”, asevera. Las afirmaciones de Rajoy ponen en evidencia la gran mentira construida en las últimas semanas por el nuevo presidente del PP, Pablo Casado, quien ha emprendido una implacable operación de acoso y derribo contra Pedro Sánchez por sentarse a hablar con los independentistas y “arrodillarse ante ellos”. La declaración del líder gallego demuestra que Sánchez no ha hecho más que lo mismo que ya hizo Rajoy en su día: dialogar con los soberanistas impulsores del ‘procés’ y abrir un debate sobre posibles fórmulas de solución a la crisis catalana. El presidente del PP, tras entrevistarse al menos ocho veces con Mas y Puigdemont, no concedió nada que no pudiera dar por prohibirlo la Constitución española. Exactamente lo mismo que acaba de hacer Sánchez en sus entrevistas con Quim Torra. ¿Qué podrá decir ahora Casado? Rajoy, no sabemos si conscientemente o por el miedo a incurrir en falso testimonio, ha reventado toda la estrategia de campaña del candidato popular a la Moncloa.

Pero el destrozo para Casado tras la declaración de Rajoy no queda solo ahí. El ex presidente del Gobierno también ha aceptado que en aquellos días convulsos escuchó a “muchas personas” que se ofrecieron como mediadores en la crisis política. La decisión de Sánchez de nombrar a un “relator” para que intermediara entre el Gobierno central y el autonómico ha sido duramente criticada por Casado, que llegó incluso a convocar una manifestación multitudinaria en la plaza de Colón de Madrid para protestar por la designación de un mediador que, según las derechas (PP, C’s y Vox) suponía “una humillación para España”. Ahora ya sabemos que Rajoy también “se humilló” al hablar con “mucha gente”, personajes de toda índole que pretendían asumir el papel del famoso “relator”.

“¿Medió el señor Íñigo Urkullu?”, le preguntan en un momento del interrogatorio Jordi Pina y Francesc Homs, abogados de las defensas. “En aquella época, como he dejado caer en una de las respuestas anteriores, había muchas personas que quisieron hablar conmigo y hablaron. Pero a todos les dejé absolutamente claro que yo no negocio ni el cumplimiento de la ley, ni de la Constitución, ni la soberanía nacional. ¿A quién se le puede ocurrir plantear eso? No se podía aceptar porque no era posible. Escuché a mucha gente porque era una situación importante y tomé la decisión que tenía que tomar”, aclaró.

En ese punto, Pina y Homs apretaron a Rajoy: “Solo le preguntamos por un nombre: el lehendakari Urkullu”. Y el expresidente empezó a dudar: “Insisto en que han sido muchos los que han querido intermediar, bueno, intermediar no, hablar… Yo atiendo a todo el mundo”. Y finalmente, a su pesar, tuvo que soltarlo. “Lo escuché y le dije lo que he dicho antes; por cierto, también me llamó el señor Ortuzar”. “¿Pero medió? Y recuerde que está usted bajo juramento”, insistió uno de los letrados. Y en ese punto, tuvo que ser el presidente de la Sala, Manuel Marchena, quien zanjara la cuestión: “Ya ha dicho que sí lo atendió porque atiende a todo el mundo”.

Mañana será el propio lehendakari Urkullu, que declarará como testigo, quien confirmará o desmentirá la declaración de Rajoy cuando se le pregunte por su condición de negociador en el ‘procés’. “No ha habido ningún mediador de nada, me llamó mucha gente, a algunos los vi personalmente y con otros por teléfono. Fue mucha la gente, pero quedémonos con lo sustancial; el Gobierno no negoció esto”, alegó un acorralado Mariano Rajoy en su defensa.

Sobre las conversaciones con Mas y Puigdemont, Rajoy dijo que les dejó “claro cuáles eran las reglas del juego. Si quieren el referéndum que vayan a la Cortes, pero además debe ser el pueblo español el que decide lo que es España y no los representantes de una comunidad autónoma, un gobierno o un Comité Restringido o no restringido. Ellos planteaban un referéndum sí o sí”, alegó. Más allá de ese momento, el expresidente reconoció que Puigdemont le envió una carta con las condiciones del referéndum, ante lo cual él “tomó las decisiones para que eso no tuviera lugar”, entre ellas autorizar la Operación Copérnico: el envío de 6.000 agentes a Cataluña. “Se tomaron otras decisiones como intervenir las cuentas de la Generalitat. Fue una buena decisión enviar policía y guardia civil. Era una situación excepcional como fue poner en marcha el artículo 155”, asegura. Sobre los altercados del 20 y 21 de septiembre ante la Conselleria de Hacienda, Rajoy cree que “fue una situación excepcional que se concentren miles de personas donde unos funcionarios estaban cumpliendo decisiones ordenadas y autorizadas por los jueces”.

“Se liquidó la legalidad vigente y se sustituyó por la ley de transitoriedad. Como usted comprenderá ante eso ningún presidente del Gobierno puede mirar para otro lado. Resulta sorprendente que alguien trate de liquidar la Constitución de un país del que yo era presidente. No admití ninguna conversación sobre la soberanía nacional y sobre nuestro texto constitucional. Insté a Puigdemont a ir a las Cortes”, sentenció Rajoy.

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